jueves, julio 4, 2024
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El acoso a Camila Hidalgo, la cosificación como preludio de la agresión sexual

Las redes sociales ardieron con la viralización de un video que muestra una escena indignante. En el video, dos hombres se toman una fotografía con la bailarina boliviana Camila Hidalgo.

Ella, sonriente y amable, posa con ellos. Sin embargo, al finalizar la fotografía, uno de los hombres comete un acto de acoso sexual: coloca su cara entre los pechos de Camila y la toca de manera lasciva. Un acto infame que a todas las que vimos el video nos causó entripados.

Lo más preocupante es que Camila no recibe auxilio de nadie a su alrededor. Ella sola empuja y aparta al agresor, alejándose con un gesto de desaprobación.

El hombre, sin embargo, pinta una sonrisa en su rostro, como un niño que se salió con la suya tras una travesura. Esa sonrisa, esa falta de consecuencias inmediatas, refleja una problemática profunda: la percepción de que ciertos hombres sienten que tienen derecho a acosar a las mujeres sin enfrentar repercusiones.

Camila Hidalgo, una figura pública, se encontró vulnerable ante un pervertido que se sintió con derecho a invadir su espacio personal. Este hombre, rodeado de personas, no vio la asquerosidad, la ofensa, ni lo potencialmente denunciable de su acto. Si esto es lo que hacen en público, ¿qué no harán en la privacidad?

Hablemos de una realidad: a las mujeres del espectáculo, que trabajan con su cuerpo y cuidan su imagen, se les cosifica de una manera grotesca.

Camila, por decisión y libertad, publica fotos de su cuerpo y eso, lamentablemente, ha sido utilizado como argumento para justificar la agresión que sufrió.

Es un discurso misógino e inaceptable. Debemos dejar de discutir sobre la ropa que llevamos puesta o el lugar donde estábamos cuando fuimos agredidas, porque nada justifica un ataque a nuestra dignidad.

El hecho quedó registrado en video y se viralizó como un acto deplorable. Sin embargo, en el momento, nadie hizo nada. Eso es un reflejo doloroso de la realidad.

Mujeres de todo el mundo son acosadas ante los ojos de un público que, en su mayoría, no interviene. ¿Por qué? Porque la sociedad aún tolera y minimiza estos actos.

La Chica Única

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