domingo, julio 7, 2024
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¿Eres sólo un jefe o todo un líder? ¡Conoce las diferencias!

Existen grandes diferencias entre “mandar” y “liderar”, pues para ser un jefe hacen falta jerarquías y objetivos que cumplir, mientras que para ser un buen líder hace falta mucho más.

El liderazgo es una de las cualidades laborales más valoradas en la actualidad, ya que un buen líder es capaz de guiar una empresa hacia el éxito.

Y en ocasiones tenemos la idea de que el jefe es el líder por excelencia de un grupo, sin embargo no es así, por ello, en Única te vamos a platicar la diferencia.

¿Por qué el concepto de ‘líder’ va más allá que el de ‘jefe’? Aquí te mostramos algunos aspectos que construyen la diferencia entre un jefe y un líder:

La forma en la que impone autoridad

Un jefe impondrá sus órdenes simplemente por el hecho de tener autoridad para ello y sin necesidad de explicar por qué lo hace. Sin embargo, un líder se ganará la confianza de sus equipos y no tendrá la necesidad de imponer nada, ya que con explicar y ejemplificar es suficiente.

La visión del jefe será siempre imponer, implantando una posición autoritaria y dominante.
La visión del líder será entender la autoridad como una opción a la que recurrid solo en determinados casos.

Forma de influir

Una de las cuestiones que más diferencia a un líder de un jefe es la manera en la que influye en los demás.

En el caso de los jefes, su forma de influir suele estar reflejada y respaldada por la autoridad que comentábamos. En muchas ocasiones, sus colaboradores sienten desconfianza, temor y, por lo general, no inspira ánimo ni simpatía.

Afortunadamente, los colaboradores de un buen líder se sentirán motivados y animados con la influencia de este. Un líder hace uso de su simpatía a la hora de influir en los demás, intentando motivarles para conseguir un mismo objetivo entre todos.

Esta figura no necesita imponerse o hacer uso de su autoridad, simplemente convence a los demás de que sus ideas son las más adecuadas y siempre está dispuesto a escuchar las de los demás.

Su reacción ante logros y problemas: egoísmo vs. Mutualidad

Seguro que en alguna ocasión, ya sea en el trabajo o en otro ámbito de tu vida, has tenido el pensamiento de que los logros se reparten, pero cuando haces algo mal, todo recae en ti.

Pues bien, esto es totalmente extrapolable a una de las diferencias entre jefe y líder.

Los logros obtenidos por un jefe son solo suyos, sin atribuir (o casi) parte del éxito a los demás. Será receloso de su éxito, creerá que solo le pertenece a él, y se verá intimidado si uno de sus comandados progresa mucho. Todo lo contrario a cuando aparece un error.

Por otra parte, un líder comparte los éxitos con todo el equipo, recalcando que se consiguen gracias al esfuerzo de todos. En el caso de que existan errores, el líder asume responsabilidades y no trata de culpar a otros.

Clima laboral generado

El clima laboral de un equipo es determinante para averiguar si el responsable se trata de un líder o de un jefe.

En el caso de compañías a cargo de un jefe, solemos encontrar un grupo reducido de personas afines al jefe, que intentan agradarlo, pero no están muy abiertos a favorecer la inclusión de nuevas personas y el apoyo hacia estas sería nulo.

Mientras que, en las organizaciones bien lideradas, no existen distinciones y no encontramos estos pequeños grupos. Ya que el líder fomenta la inclusión de todos los empleados, quedando claro que, si una nueva persona pasa a formar parte del equipo, todos deben estar dispuestos a colaborar y a hacerle sentir uno más.

Manera de solucionar problemas

Por lo general, un jefe siempre busca culpables, no tiene paciencia y regaña al que le parece responsable del ‘error’. Suele decir que gracias a él las cosas funcionan, pero si algo sale mal, entonces es culpa del resto del equipo.

Sin emabrgo, un líder busca resolver los problemas de forma que no quedan restos negativos en el equipo. ¿Cómo? Con la mayor paciencia del mundo y cuidando el no perder el apoyo de sus compañeros cuando se están atravesando momentos complicados.

Forma de trabajar

Asignar tareas, repartir obligaciones y dedicarse a supervisar a los demás de forma controladora son las características que representar a un jefe en su forma de trabajar.

En el caso del líder, este se muestra como uno más del equipo. A pesar de que también reparte tareas, nunca se quedará con los brazos cruzados.

El líder se asegurará de que sus compañeros se encuentren a gusto, motivándolos y trabajando junto a ellos. Es decir, un líder, lo primero que hace es dar ejemplo.

Visión de su equipo y proyectos

Un jefe cosifica a su equipo con el único fin de cumplir los proyectos. Proyectos que poco le importa si son innovadores, motivadores y si representan progreso. Hay que lograrlos y punto.

Mientras que, como hemos visto, un líder visualiza a su equipo como personas de mismo nivel que él, con los que trabajar conjuntamente para lograr el bienestar y los objetivos comunes.

Antes de lanzarse a conseguir un proyecto, un líder deberá asegurarse que este sea acorde a la compañía, innovador y creativo, y se visualice como un plan de superación personal.

Desarrollo personal

Al final, el desarrollo personal de los trabajadores va a estar influido por todos los aspectos comentados anteriormente y, por lo tanto, por el tipo de responsable del equipo.

Un jefe estará centrado en la consecución de objetivos sin preocuparse tanto por la creatividad o pensamientos que se salga de ello. Esto impedirá a los compañeros desarrollarse más como persona.

A diferencia del jefe, un líder busca que todos los integrantes de su equipo sean capaces de desarrollarse como persona, que puedan usar el cumplimiento de los proyectos grupales como una base para el cumplimiento de los proyectos individuales.

¿Cómo ser un buen líder?

Si quieres que tu equipo produzca más, sea más feliz, se comprometa más con el proyecto y dure más años en la empresa, tienes que ser algo más que un jefe. Y la única forma de conseguirlo es que aprendas a identificar los cuatro rasgos que distinguen mandar de liderar:

¡Comunicación!

Ser un líder es saber comunicar. Los líderes son extraordinarios comunicadores que influyen de forma positiva en los demás y orientan al resto del equipo hacia una mejora continua. Humildad, empatía y cercanía son tres características del contacto diario de los líderes con sus compañeros.

¡Confianza!

El liderazgo se basa en la confianza. Un líder debería tener suficiente confianza en sus colaboradores para delegar tareas con la tranquilidad de que van a llevarlas a cabo de la mejor manera posible. Un jefe que acude a todas las reuniones, que tiene que estar encima de todo para sentir que controla las cosas, no es un buen líder.

Y aquí, el problema no solo recae en que no sepa delegar, sino en que los trabajadores sienten que no se confía en ellos; por otro lado, sienten que deben cumplir lo que se les pide, antes de desarrollar sus propias ideas, aunque esto no sea del todo fructífero para la empresa.

¡Empatía!

Ponerse en el lugar del otro es necesario en todos los aspectos de la vida, pero más aún si quieres ser un buen líder.

Una de las principales diferencias comentadas de un líder vs. Un jefe es la forma en la que trata a los miembros de su equipo.

En el caso de un buen líder, cobra gran importancia la inteligencia emocional y la necesidad de comprender las dificultades personales bajo las que pueden estar los profesionales.

Debes tener presente que no son máquinas de trabajo, son seres humanos completos con sus días mejores y sus días peores. Y esto, puede afectar a su rendimiento. Por ello es importante garantizar su salud mental y procurar días de descanso para recargar energías.

Un jefe suele irse de vacaciones a menudo e intenta ocultarlo para que no le pidan vacaciones los demás, mientras que un líder avisa y reconoce que sus vacaciones ya le tocaban, así como le irán tocando al resto.

¡Honestidad!

La honestidad es un valor fundamental para cualquier líder. Los mejores líderes dirigen desde la franqueza, desde una visión estratégica clara y desde el reconocimiento a los méritos de sus empleados.

Los líderes cumplen lo que prometen siempre que pueden y, cuando no pueden, lo explican. No les da miedo admitir que hay factores que escapan a su control; esa es una de las pruebas de su humildad.

Aún con todo esto, cabe destacar que no todos los líderes son iguales, no todos utilizan las mismas técnicas para llevar adelante sus tareas. Podemos identificar distintos tipos de liderazgo empresarial utilizados hoy en día.

La productividad, la satisfacción y la fidelidad de los equipos están sólidamente ligadas a la capacidad de los jefes de inspirar, motivar y contagiar pasión a sus colaboradores. En definitiva, los grandes jefes son grandes líderes y tú puedes convertirte en uno de ellos.

Los profesionales más talentosos se comprometen de lleno con los proyectos porque recuerdan cómo se comprometieron sus jefes con ellos y con sus compañeros.


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