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Desaceleración en el crecimiento mundial

En su edición más reciente del informe sobre Perspectivas Económicas Mundiales, el Banco Mundial ha advertido que se espera que el crecimiento mundial se desacelere notablemente, del 5.5% previsto en 2021 al 4.1% estimado para 2022 y al 3.2% en 2023, a medida que la demanda reprimida se disipe y vaya disminuyendo el nivel de apoyo fiscal y monetario en todo el mundo.


Según el Banco, tras el fuerte repunte registrado en 2021, consecuencia del desplome de 2020 en muchas economías, la economía mundial estaría entrando en una pronunciada desaceleración en medio de las nuevas amenazas derivadas de las variantes de la COVID‑19 y el aumento de la inflación, la deuda y la desigualdad de ingresos, aspectos que podrían poner en peligro la recuperación de las economías emergentes y en desarrollo.


En la perspectiva del Banco Mundial, la pronunciada desaceleración de las principales economías como Estados Unidos y China, tendrán un efecto sobre la demanda externa en las economías emergentes y en desarrollo.


En la coyuntura que se presenta, en la cual los gobiernos de muchos países en desarrollo no tienen margen de maniobra macroeconómica para apoyar la actividad en caso necesario, los nuevos brotes de COVID‑19, la persistencia de las presiones inflacionarias y de los cuellos de botella en las cadenas de suministro, así como la elevada vulnerabilidad financiera en numerosas partes del mundo, podrían aumentar el riesgo de un aterrizaje brusco.


En su informe se reconoce que la desaceleración coincidirá con la ampliación de la divergencia entre las tasas de crecimiento de las economías avanzadas y las de las emergentes y en desarrollo.


En las economías avanzadas, el crecimiento disminuirá del 5% en 2021 al 3.8% en 2022 y al 2.3% en 2023, un ritmo más lento pero que sería suficiente para restablecer las tendencias previas a la pandemia en la producción y la inversión.


En las economías emergentes y en desarrollo, en cambio, se espera que el crecimiento caiga del 6.3% en 2021 al 4.6% en 2022 y al 4.4% en 2023. Para ese año, las economías avanzadas habrán logrado recuperar por completo su producción. No obstante, en las emergentes y en desarrollo, ésta se mantendrá un 4% por debajo de la tendencia anterior a la pandemia.


Para muchas economías vulnerables, el revés será aún mayor: la producción de las economías frágiles y afectadas por conflictos se ubicará un 7.5% por debajo de la tendencia previa a la pandemia, y la de los pequeños Estados insulares será un 8.5% más baja.


En el caso de México, se espera que el PIB cierre en 2021 en un 5.6% de crecimiento anual, en 2022 llegue a 2.77% y en 2023 se ubique en 2.15%, desaceleración que coincide con las tendencias mundiales, lo que complica recuperar los niveles mostrados antes de la pandemia en la producción y la inversión.

Mi correo ricardocaballerodelarosa@gmail.com

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