Son numerosos los deportistas que en algún momento de su carrera deportiva, o incluso tras la retirada, han tenido que enfrentarse a un cáncer. Muchos de ellos lo han superado, aunque otros se encuentran en ese duro proceso de sobreponerse a esta dura enfermedad.
José Francisco Molina. Guardameta español que militó en equipos como Valencia, Atlético o Deportivo de la Coruña. En 2002, cuando militaba en las filas del conjunto coruñés, Molina anunció que padecía cáncer de testículo y se vio obligado a dejar temporalmente el fútbol. 10 meses después, el portero anunció que había superado enfermedad y volvió a defender el arco del Deportivo.
Ivan Basso. Ivan Basso tuvo que realizarse unas pruebas médicas cuando comenzaron los dolores tras un golpe con el sillín mientras disputaba el Tour de Francia. Los médicos le confirmaron que sufría un pequeño tumor en uno de sus testículos. Pasó por el quirófano y estuvo en tratamiento hasta que meses después los médicos le confirmaron que había superado la enfermedad.
Novlene Williams-Mills: la velocista jamaicana supo que tenía cáncer dos meses antes de los Juegos Olímpicos de Londres. Sólo su marido conoció la noticia y ella participó en la cita británica con sus compañeras del relevo 4×400, con las que subió al podio. Unas horas más tarde voló rumbo a Atlanta. Tres días después de pisar el podio de Londres, pasó por el quirófano. Tras la primera, quedaron células cancerosas. «Fue duro, al principio me negué a una masectomía; luego me di cuenta de que no podía fallar a los que me quieren», recuerda. Un par de años después los médicos le confirmaron que había superado la enfermedad.
‘Mono’ Burgos. Uno de los porteros que más juego han dado en nuestra Liga sufrió un cáncer de riñón. Él mismo reconoció que fue por culpa del tabaco, ya que él era fumador desde muy pequeño. Superó la piedra que le había puesto la vida y siguió haciendo lo que más le gustaba: jugar al fútbol. Ahora triunfa como segundo entrenador del mejor Atlético de la historia.
Luboslav Penev. Aún se recuerda su caso. En la temporada 1993/94 defendía la camiseta del Valencia y tuvo que hacer un parón en el camino por culpa de un cáncer de testículo. Guardó las botas de fútbol en su armario durante cerca de un año. Se perdió el Mundial de Estados Unidos de 1994, pero afortunadamente el delantero búlgaro superó todos los contratiempos y pudo sacar de nuevo sus botas del armario. En 1995 ficharía con el Atlético para firmar un ‘Doblete’ histórico con los colchoneros.
Martina Navratilova. La tenista que ganó 18 títulos individuales de Grand Slam el pasado siglo y que parecía inmortal dentro de la pista, se tornó mortal el 24 de febrero de 2010, cuando en una visita al ginecólogo se le comunicó el cáncer de mama. «No te olvidas del día que cambia tu vida», recuerda. Un bulto en su pecho izquierdo levantó las sospechas y la posterior biopsia confirmó que era malo. Navratilova supo que sufría un cáncer de pecho no invasivo, denominado ductal carcinoma in situ o DCIS, que en su caso no se expandió al tejido mamario. A Navratilova se le extirpó el nódulo cancerígeno del pecho izquierdo el 15 de marzo de 2010. La leyenda de la raqueta se encontraba delante de su partido más difícil y lo ganó con un doble rosco. No se cansó de asistir a programas de televisión para explicar su caso y concienciar a las mujeres sobre la necesidad de visitar periódicamente al ginecólogo.
Sergio Aragoneses. Fue sacudido por el cáncer en dos ocasiones. La primera en 2005 y la segunda dos años más tarde. Fue un caso similar que el de Molina y Penev, pero en este caso el guardameta tuvo que afrontarlo en dos ocasiones. Fue sometido a un fuerte tratamiento de quimioterapia y actualmente, a sus 39 años, sigue disfrutando del fútbol.
Ebbe Sand. Internacional danés que justo después de participar en el Mundial de Francia en 1998 le fue diagnosticado cáncer testicular. Muchos temían que ese hecho podía hacer que Sand se retirara del fútbol antes de tiempo. No fue así, ya que tras la operación y una rápida recuperación, el delantero regresó a los terrenos de juego.
Lance Armstrong. Es, sin duda, el claro ejemplo de superación ante la adversidad. Con 25 años, el ciclista estadounidense padeció cáncer testicular con metástasis pulmonares y cerebrales. Antes había partcipado en las Olimpiadas de 1992 y 1996. Fue intervenido y recibió mucha quimioterapia. Los médicos temieron incluso por su vida dadas las complicaciones de su enfermedad, pero Armstrong luchó, plantó cara al cáncer y regresó.David Cañada. El ciclista español también tuvo que dejar la actividad deportiva en el año 2008 al padecer cáncer de piel. el aragonés estuvo lejos de las carreteras durante una temporada y logró recuperarse. En 2010 anunció que dejaba el ciclismo profesional. Pero lo hizo subido a su bicicleta y tras ganar su particular carrera con el cáncer.
Doc Rivers. El actual entrenador de los Clippers estuvo cerca del cáncer. En 2011 anunció que los resultados de su biopsia de garganta fueron negativos, por lo que no tenía ningún síntoma de carácter cancerígeno.Tanjevic. El que fuera seleccionador de Turquía y técnico del Fenerbahçe Ulker le diagnosticaron a finales de 2010 cáncer de cólon, por lo que tuvo que hacer un obligatorio parón en su carrera deportiva. Anunció que padecía la enfermedad pero al mismo tiempo ya ponía fecha de regreso. Bodgan Tanjevic es un clásico de los banquillos europeos y su fuerza de superación hace que trabaje duro para volver a hacer lo que más le gusta.
Nenê Hilario. El actual jugador de los Rockets volvió a las canchas tres meses después de que le fuera diagnosticado cáncer de testículo. En 2008 tuvo que retirarse obligatoriamente para centrarse únicamente en su enfermedad. El pivot brasileño regresó a las canchas y sigue ‘peleándose’ con los otros pivots en la pintura.