Vasta e inagotable como ella simple y deslumbrante es
en un instante sereno e inocuo o entre un eco y otro que se autorizan mutuamente al amarse y penetrarse con la perdición del fuego narrado por el golpe del leñador
o bajo forma albúmina que se cuece entre el desperdicio de la claridad lacerante
una muchedumbre de acontecimientos regala.
Felinos amaestrados en las artes de la conspiración y la intriga
a veces fantasmas que invisibles observamos pasivamente lo que gusta y huele o convulsiona y desdobla sus líneas corporales en la alcoba
las más obcecados por el principio de obtener el primero o último beso
vamos perplejos con el hermetismo del ánimo sosegado. Caemos.
Una furia indescriptible se abre paso y eleva puertas imborrables del nunca
mientras estimula visionarias vías que combaten con lucidez los estrechos auges
y la parálisis de la perplejidad
que aunque conoce momento y mira en busca de la tranquilidad de lienzos encurtidos
se desdibuja bajo la égida de la excitación audaz.
Palabras, luego frases que hacen cópula de nube e historia. Miradas y el deshelar.
Risa, mórbida caricia, lentitud en la mirada que pule filamentos cárnicos, olor de invitación al precoz augurio, chorros de angustia por cuencos que desvalijan los contenidos atroces. La anormalidad excitada que hace normales órganos y rincones.
Dejamos la perpleja postura deslumbrante que nos ata y hacemos vida.
Dura acucia que narra como sexo la astucia al poseernos y desterrarla toda ella.
Con diligencia el éxtasis acude y absorbe cada cúspide y pozo y hace del sol la vida.
Con solicitud en instantes se cubren de capas todos los polvos que se estrellan.
Eres mía, con prisa eres mío, la suavidad y el ritmo, con la vacilación del mundo nos dotamos la inseguridad que el deseo irrefrenable de tenerte y tenernos instala en el vehemente hoy.
Acuciados tornamos el deslumbramiento en lujo de alternativas
la opción al madurarnos si son los conjuntos los que atan al suelo y despliegan
la libertad de transitarnos y poblarnos del acceso sigiloso de besos y horcajadas
la visión de enamorarnos y enamorar lo gigante y abstracto
al hacerlo tan pequeño como el hueco que se niega a resbalar desnudo.
Dejamos atrás guía y métodos si al final son sentimientos quienes nos afirman.
Una vuelta al mundo el entusiasmo de sentirte y sentirnos pegados como estampa.
La impaciencia de alzarnos y lanzarnos al vacío decididos a sumar.
Respuesta a la desavenencia y refugio que estimula la abnegada seriedad
de una composición que se desintegra si nos tocamos en el siempre así.
Mi correo de es ricardocaballerodelarosa@gmail.com