Las palabras bíblicas: “Polvo eres y en polvo te convertirás”, son recordadas este día, miércoles de ceniza, por los fieles católicos poblanos que acuden a los templos a colocarse una cruz en la frente como símbolo de renovación y conversión.
Desde las primeras horas de este día, cientos de poblanos acuden a los templos, algunos escuchan misa y otros solo se dibujan en la frente una cruz con la ceniza que procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor del año anterior, siguiendo una costumbre del siglo XII.
Los creyentes reciben o se imponen ellos mismos la ceniza en señal de arrepentimiento y penitencia, recordando que esta vida temporal.
En la catedral de Puebla, el arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa, encabezó la misa de miércoles de ceniza que marca el inicio de la cuaresma, tiempo litúrgico del calendario cristiano destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua.
Durante la misa, Sánchez Espinosa llamó a los poblanos a comenzar una conversión personal que debe traduzca en brindar apoyo a las personas más necesitadas.
“Es un signo de conversión, de arrepentimiento. Yo creo que la gente se acerca a este tipo de signos que expresan lo que está pasando en el corazón de cada creyente, de cada persona, el deseo de cambio, de ser mejor, el deseo de conversión. Yo invito a los fieles que no solo la ceniza sino todas las prácticas de la cuaresma, las pongan en práctica y sobre todo que hagamos obras buenas”, apuntó Sánchez Espinosa.
Reconoció que en el país y en Puebla, se presentan momentos complicados; sin embargo, expresó su confianza de que se presente un cambio a partir de la conversión de cada persona.
“En un tiempo tan difícil que estamos viviendo, yo creo que debemos esforzarnos por convertirnos en ser mejores personas. Es un bonito signo”, apuntó.
En entrevista, Sánchez Espinosa detalló que la imposición de la ceniza marca el inicio del tiempo litúrgico de la cuaresma, uno de los momentos en los que un mayor número de fieles acuden a los templos católicos y recuerda los 40 días en los que Jesús estuvo en el desierto en Judea.
“Es un tiempo espiritual, con la fe y la confianza en Dios en que tenemos que seguir adelante. Si son días para estar con la familia, es razonable. Es importante que los fieles participen en lo que es propio de este tiempo de cuaresma y Semana Santa”, apuntó.
