En el mundo el fin de año y el inicio de uno nuevo tiene celebraciones muy diversas y por ello en revistaunica.com.mx/ vamos a hacer un repaso de las tradiciones más curiosas de algunas partes de la tierra de cara al Año 2023.
Italia: lentejas
Las lentejas, comida de viejas en España, y el principal sello identificador de las abuelas de renombre, es el plato estrella en las mesas italianas para Nochevieja. ¿Por qué? Por la riqueza que representan: cuantas más comas, más dinero amontonarás a lo largo del año. Los romanos iniciaron el rito al regalarse estas sanas legumbres para que mutaran en monedas de oro. Si no te crees la tradición, las lentejas tienen valores nutritivos de primera para el cuerpo, con todo el hierro que las madres siempre nos vendían para dejar el plato inmaculado. Con los mayores de por medio, por muchos años que tengas, te verás obligado a fabricar metales en tu propio organismo si no quieres quedarte en la mesa hasta el fin de los tiempos.
Japón: 108 campanadas
Si algo gusta en Japón es todo lo relacionado con el misticismo y la espiritualidad. Por ello, la última noche del año, todos los templos budistas hacen sonar sus campanas hasta 108 veces, una por cada pecado que habita latente en todo ser humano. Con cada tañido, esta posibilidad de caer en la tentación pecaminosa se esfuma y la vida te sonríe. Asimismo, en lugar del cordero y la merluza de las mesas españolas, en Japón optan por los fideos largos toshikoshi-soba, ideales para simbolizar la larga fortuna que esperas para tu familia.
España: uvas, lencería roja y oro
El excedente de uvas que tuvo lugar en 1909 propició que los españoles optaran por gastar esta fruta durante el último día del año, con las 12 campanadas que preceden al Año Nuevo. Aunque algunos burgueses ya habían acogido esta práctica, preferimos abrazar el simbolismo que trae consigo, con su trío de doces: 12 uvas, 12 meses y las 12 de la noche. A fin de cuentas, lo importante es no envalentonarse, esperar a las campanadas reales (cuidado con los cuartos, que son muy pillos) y no comerse todas las uvas de golpe. Sin duda, el mejor momento es besar a tu familia con los carrillos inflados por una pasta inmunda de uva.
Asimismo, si buscas un año cargado de amor y pasión, la lencería roja no puede faltar durante la noche, sobre todo en el momento de las uvas. Las parejas también suelen meter sus alianzas de boda en la copa de champán cuando brindan por el nuevo año, con mucho cuidado de no presenciar la primera desgracia del curso.
Filipinas: lunares
Personas y calles se llenan de lunares en Filipinas, un símbolo de buena suerte en el país del Sudeste Asiático. Además, hombres y mujeres portan diferentes prendas de ropa que destacan por una sola razón, sea cual sea el tipo: deben llevar al menos un bolsillo en el que llevar monedas y hacerlas sonar a las 12 de la noche.
Rusia: el Abuelo de Hielo
En lugar de Papá Noel, el Abuelo de Hielo es el encargado de fabricar los sueños e ilusión de los más pequeños en Rusia. Para los niños rusos, el 31 de diciembre equivale a la mañana del 25 para el resto del mundo o a la del 6 para los españoles. Para que este entrañable personaje navideño venga, los peques deben bailar alrededor del árbol de Navidad y esperar a que sus casas se llenen de regalos, dulces y matrioskas. Una experiencia diferente e igualmente gratificante, sobre todo para los que todavía mantienen la ilusión.
Ciudad del Cabo (Sudáfrica): carnaval
Durante el 2 de enero de cada año, Tweede Nuwe-Jaar (Segundo Año Nuevo) llena las calles de Ciudad del Cabo con un festival de colores. Los habitantes de la capital del país (tiene tres capitales -Pretoria, Ciudad del Cabo y Bloemfontein- según los poderes que manejan) visten ropas llamativas con mucho entusiasmo. En pleno espectáculo, la comida típica, la música tradicional y los bailes llenan de alegría la ciudad.
India: Festival de la Luz
Durante cinco días entre octubre y noviembre, India se llena de luces gracias a su famoso Diwali, su Festival de la Luz para dar la bienvenida al año indio. Mediante bellas lámparas de aceite, el país enciende sus buenas intenciones para simbolizar el triunfo del bien sobre el mal. Es una forma de agradecer al mundo que todo vaya bien, que los malos pensamientos desaparezcan y que la esperanza siga plantando batalla al desasosiego. Los fuegos artificiales y los petardos también acompañan este glorioso recital de luces.
Dinamarca: vajilla
Después de cenar, los daneses rompen la vajilla y, lejos de accidentarse (seguro que alguno la lía) o cabrearse, se quedan muy a gusto. Aunque es más propio del pasado, algunos lo hacen contra la puerta de sus seres queridos y éstos lo agradecen, pues es una señal de amor más que de ira (algunos quizá maten dos pájaros de un tiro). También en Dinamarca, muchos personajes se suben a sillas (y otros muebles) y se lanzan al vacío a las 12 en punto. ¿Por qué? Casi todas estas tradiciones buscan la suerte, por eso pequeños y mayores forman parte de este divertido espectáculo.
Estados Unidos: besos
Te sonará de las películas y series americanas (en Friends se han doctorado mostrándolo), pero en Estados Unidos es típico besar a alguien en la boca tras la última campanada del 31 de diciembre, previa cuenta atrás en coro. Es el llamado beso de medianoche. Sin beso, te esperan 365 días deshojando margaritas en algún ático polvoriento, con algún gato alrededor y un panini descongelándose en el fregadero.
Aunque las películas nos han vendido que puedes besar al primero que pase por delante, la realidad es que debe ser tu pareja la destinataria. Hasta se han realizado estudios sobre el tema, desde los que aspiraban o no a besarse hasta los que determinan la duración (segundos, minutos o pasar a mayores durante toda la noche) del contacto bucal. El origen se debe a la fiesta romana de Saturnalia, en la que todos los presentes acababan dándose un buen beso. Si lo dice la tradición…
Alemania: petardos y restos
Los fuegos artificiales y los petardos sirven a los alemanes para que los malos espíritus se vayan a paseo durante una buena temporada. Para redondear la buena hazaña en Año Nuevo, se deben dejar restos de la cena en el plato hasta después de la medianoche, por aquello de conseguir una nutrida bolsa de la compra a lo largo del año.
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