A pesar de la baja participación en la elección del Poder Judicial, me parece que fue un importante ejercicio democrático, porque pasamos de guiar nuestra intención de voto a través de la publicidad de las campañas a un análisis más profundo de los perfiles de cada candidato.
Bueno esa era la idea, pero la verdad, muchas personas y me incluyo, votamos al azar. Con un profundo desconocimiento de los candidatos.
En la votación de ministros de la Suprema Corte de Justicia, si tuve una mayor información, ya que su actuación había sido expuesta desde que gobernaba el Presidente, Andrés Manuel López Obrador.
En todo caso sabía por quién votar y fue por aquellos que tuvieron una actuación consciente y coherente con los principios de legalidad y de justicia durante el mandato de López Obrador.
En lo que corresponde a la votación para juezas y jueces de circuito, magistradas y magistrados de circuito, magistradas y magistrados de la sala superior del Tribunal Electoral, magistradas y magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial y magistradas y magistrados de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, si apliqué: “de tin Marín de do Pingüe” (no me refiero al verdadero significado de la frase, sino a que lo hice con desconocimiento).
La verdad es que faltó difundir los perfiles de los contendientes. Conocerlos, pero no sólo desde el aspecto curricular, sino sus lazos familiares, su patrimonio y qué tipo de sentencias y de quienes han dictado.
No utilicé los llamados “acordeones” que circularon por todo el país y como una ciudadana responsable, reconozco que debería haberme informado más. Pero parece que si funcionaron para conformar un Poder Judicial de Izquierda.
Pese a todo, lo primero que me gustaría destacar es que en esta Jornada Electoral hubo plena libertad, organizada por un Organismo Autónomo como el INE, lo cual constituye un acto democrático.
Decir que el porcentaje de participación –alcanzó casi un 13%- no afecta la legalidad, ni la legitimidad de la contienda.
También habría que destacar que según el número de votos tendremos a un Presidente de la Suprema Corte de Justicia de Origen Indígena. El abogado Hugo Aguilar Ortiz, mixteco y exasesor de la antigua guerrilla zapatista que promete saldar la «deuda» de la justicia con los pueblos originarios.
La intención de esta elección, junto con otros cambios estructurales, ha sido para abonar al cambio de régimen propuesto por el primer Presidente de Izquierda en México, Andrés Manuel López Obrador y que ha concretado la primera presidenta mujer, Claudia Sheinbaum, con esta Jornada Electoral.
Nos guste o no, el régimen político del Estado mexicano ha cambiado para un largo plazo, ahora comienza un vasto camino en la construcción de un nuevo Poder Judicial.
Cabe recordar que la reforma fue presentada por AMLO el 5 de 2024, un año después de las diferencias con Norma Piña y el entonces Presidente, en Querétaro, acto en el que, por cierto, el actual Gobernador, Alejandro Armenta, defendió con un discurso determinante al entonces presidente de la República.
En estos momentos después de haberse consumado los hechos, podemos decir que todo es perfectible, por lo que es posible mejorar algunos aspectos de logística, propaganda y difusión; sin embargo, no hay que perder de vista que lo importante es que ahora también tenemos la oportunidad de elegir al Poder Judicial, y como en todo proceso, participar e informase es la clave para fortalecer nuestra democracia.
X @marumora7