En el vientre del bullicio insólito
y muy lejos de aires del vivir común
el concitar de los tiempos fundantes
es el coloquio sagrado de tu nombre
el crin oceánico que derrama letras
en lenguajes rizados que te inventan
entre burbujas deseantes que ciñen
del mundo sus distancias y placeres
el fuego que aterciopela el viento
llevándolo de los nichos de estrellas
a las órbitas puntuales de flores
donde pájaros y nubes hacen cita
la intensidad del corazón que mira
por detrás del distraído sentimiento
la traducción de la belleza expresada
entre las hebras humanas que defines
desde el caracolero despertar insomne
que regresa al humeante cotidiano
al horizonte de la imaginación
que reescribe con tus letras cada tramo
cada momento que me hace suyo
cada rebeldía que álgida te nombra
cada sombra que al pronunciarte huye
cada vez que el orbe absorbe tus ecos
y que hoy son el sintagmático unísono
del díptero pronunciar que al volar
encaja en las eróticas costillas del deseo
y en la noche palmaria que hace alma
mientras se decide a brotar nueva
en cada olvido y cada repetición
la voz que al decirte te hace cosmos
y del cosmos alimenta la creación.
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