Con la llegada de su 78ª edición, la organización impuso un nuevo y estricto dress code que promete cambiar radicalmente la estética de su mítica alfombra roja.
El Festival de Cine de Cannes, ese templo de cine y moda donde las estrellas deslumbran tanto por su talento como por sus elecciones estilísticas, dio un giro inesperado este 2025.
¿La gran sorpresa? El veto absoluto a los vestidos con transparencias y a cualquier prenda que deje al descubierto más de la cuenta.
Sí, leíste bien: la desnudez, aunque sea sugerida, ya no tiene cabida en La Croisette.
Adiós a los escotes extremos y a las colas imposibles
En su flamante reglamento oficial, el Festival dejó clara su nueva postura: nada de trajes voluminosos que entorpezcan el paso, y nada de piel al descubierto en exceso.
La alfombra roja, que durante años fue escenario de looks audaces desde el corsé cónico de Madonna en 1991 hasta el escultural vestido joya de Bella Hadid en 2021, se enfrenta ahora a un cambio de paradigma.
¿La razón oficial? «Decencia» y «practicidad». Un combo de tradición francesa con pragmatismo organizativo que ha generado tanto aplausos como controversia.
El estilo, bajo la lupa: ¿libertad creativa o control excesivo?
La alfombra de Cannes ha sido históricamente una pasarela alternativa donde las estrellas del cine internacional pueden mostrar su estilo más teatral.
Desde el inolvidable escote de Eva Longoria con Elie Saab en 2023 hasta los diseños etéreos de Kendall Jenner, Cannes fue durante décadas un sinónimo de libertad estética.
Sin embargo, los organizadores parecen querer devolverle algo del decoro perdido al menos según su visión en tiempos donde cada elección de vestuario se convierte en titular global.
Esta nueva política también responde a polémicas recientes como la aparición de Bianca Censori en los Grammy 2025, cuyo vestido transparente generó más comentarios que los premios en sí.
Cannes no quiere repetir ese episodio. Y aunque en su comunicado oficial afirman que esta norma “siempre estuvo implícita”, lo cierto es que el mensaje ahora es claro, y está escrito en blanco y negro: nada de desnudos, ni físicos ni sugeridos.
Voces a favor… y también en contra
La medida no tardó en dividir aguas. Durante la conferencia de prensa del jurado, la actriz Halle Berry se mostró comprensiva con la nueva normativa y admitió haber tenido que adaptar su vestido para cumplir con los requisitos.
Juliette Binoche, presidenta del jurado, consideró la regla como “una gran idea”. Pero en redes sociales, diseñadores y fashionistas no tardaron en levantar la voz: ¿se está censurando la creatividad en nombre del decoro?
Una alfombra más sobria, ¿menos interesante?
La pregunta que flota en el aire es inevitable: ¿pierde Cannes parte de su magnetismo sin esos looks que desafían las convenciones?
os escándalos de vestuario han sido parte del ADN del festival. Desde La Cicciolina en 1988, con su vestido transparente y un peluche en mano, hasta la decisión de Julia Roberts en 2016 de caminar descalza como protesta por la obligación de usar tacones.
Cannes siempre fue espectáculo. Pero ahora, la organización parece querer reforzar su carácter solemne, en un intento por priorizar el cine por sobre el circo de la moda.
El veredicto: ¿censura o evolución?
En tiempos donde la moda es también una forma de expresión, el nuevo dress code de Cannes plantea una discusión más profunda sobre los límites del buen gusto, la libertad y la necesidad (o no) de normas en espacios artísticos.
¿Estamos ante una regresión conservadora o una nueva era de sofisticación más sutil?
Lo cierto es que esta edición 2025 marcará un antes y un después en el festival más glamoroso del mundo. Y aunque no veremos transparencias ni colas kilométricas, seguro que el talento, la elegancia y las sorpresas no faltarán.

Porque Cannes, incluso con reglas, nunca deja de brillar.
Los looks más controversiales

Les compartimos un repaso por algunos de los looks más audaces que siguen dando que hablar.
Bianca Jagger, exesposa de Mick Jagger, fue pionera en imponer la transparencia en la alfombra roja. En 1975, acaparó todas las miradas con un vestido atrevido para la época, consolidando su estatus como ícono de estilo.
En 1988, Ilona Staller conocida mundialmente como La Cicciolina, combinó provocación y excentricidad con un diseño revelador que incluía aberturas y un peluche como accesorio inesperado.
En 1991, Madonna deslumbró junto a su cómplice creativo Jean Paul Gaultier: llegó con una capa rosa que al abrirse dejó al descubierto un corpiño cónico y un portaligas, una imagen que se volvió icónica.
Ya en tiempos más recientes, Bella Hadid revolucionó el 2021 tras la pandemia con un vestido de alta costura de Schiaparelli, complementado por un impactante collar de oro que cumplía una doble función estética y estratégica.
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