Aceptamos sin más
estar hechos de sueño
vivir la seducción
prometedora del subconsciente
y separarnos del mundo material
frente al cual observamos sus efectos
y el esplendor de sus manifestaciones
que mantiene al instante en vilo
como su verdadero oponente.
Surge el irrefrenable deseo
de ir a dormir en cama de niñez
y una vez más palpar esa seguridad amplia
como si el cielo fuera
y estuviese ahí de nuevo tan cercano y tuyo
absoluto si instante
instante que me huye y me lleva peregrino
rodaja de sendero
al derredor destierro y al centro del origen
donde comenzó todo.
Me fugo en el instante
al primer seno tibio de mi niñez viviente
mi instante de inocencia en que digo lo que pienso
mientras me engaño con el sabor de la rebeldía
mi instante que declara independencia de ombligo
y el cósmico insertar sonrisa del dios secreto
mi dios de indiscreción y aberración ilógica
que huye de lo que no fue pero que me hizo ser hoy
bajo epíteto de adulto sin lozana niñez
el cerco de una mente que busca pormenores.
Ya no vivo el acá real.
Vivo el matiz del niño aprendiz de felicidad.
Vivo desde este acá que se busca espacio y tiempo
para robarle al sueño carcelero primores
que arrebaten al cierzo de noche inexpugnable
esa acumulación de consecuencias cascada
y cambiar el espíritu de vida difícil
en disfrute sereno de paciencia autónoma
de llevarse y dejarnos así
desnudos de sí mismos
deshojados y sin pueblo
deshilvanados sin sueño:
ese vientre que engaña.
Tengo vida de adulto
es cierto si me veo
pero soy la constancia de mi propia hipótesis
la prueba del instante en vilo
de una niñez que se repite
como la sensatez del mejor sueño
que intenta regalarme
la conciencia de cada día.
Mi correo es ricardocaballerodelarosa@gmail.com