El consumo de pasta tiene grandes beneficios, su índice glucémico es bastante bajo, siempre que se cocine al dente, o sea que la textura sea firme.
Si la pasta te ofrece una pequeña resistencia al masticarla, en vez de deshacerse en la boca, te dará beneficios para tu salud.
La otra manera en que la pasta puede ser más nutritiva es servirla con salsa de tomates casera (o salsa en frasco con muy poca azúcar agregada) y muchas verduras como calabaza, brócoli, zanahorias, chícharos, pimientos morrones y cebollas.
Lo que resulta interesante es que cuanto más gruesa sea la pasta (como Codo 4, fettuccine y lasaña) menor será su índice glucémico.
Cualquier tipo de carne, queso o aceite de oliva que agregues a tu plato retrasará la digestión de los carbohidratos y evitará el pico de glucosa.
Pastas integrales.
Si quieres recibir más fibra y que el índice glucémico aportado sea incluso menor, prueba las pastas de trigo integral.
Sí, la textura es diferente y el sabor es un poco más fuerte, pero saben muy bien. Las pastas integrales existen en una gran variedad, usando todo el trigo y aportando fibra con grandes beneficios para el sistema digestivo.
Consejos
Cocina la pasta al dente; no la comas blanda.
Compleméntalas con aceite de olivo o salsas de tomate naturales, en vez de usar cremas y quesos. Las pastas pueden usarse sin freír y no se deshacen.
Sirve la pasta con abundantes verduras.
Consume la pasta como plato fuerte, esto es muy conveniente, ya que al agregar algunos otros ingredientes puedes tener una comida completa en un solo plato.
Con información de Selecciones Reader’s Digest
