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Barrio del Alto: De oficina de gobierno a cantina

En el corazón de Puebla, donde las calles aún susurran relatos de antaño, se encuentra el legendario Barrio del Alto.

Los cimientos del Barrio del Alto son testigos del paso del tiempo, resguardan la historia de una ciudad que se gesta en su suelo. En este barrio, una casona con arcos imponentes y piedra de cantera blanca ha sido protagonista del paso de los siglos.

El inmueble, que hoy se ubica en la 14 Oriente esquina con 14 Norte, no es solo un vestigio arquitectónico, sino un símbolo del origen de la ciudad.

En el siglo XVI, cuando Puebla no era más que un plan en la mente de los colonizadores, este lugar era el camino principal entre Veracruz y la Ciudad de México , un punto de tránsito indispensable para viajeros y comerciantes.

Barrio del Alto:

El mesón de Juan Blas Ramírez

Este emblemático edificio perteneció a Juan Blas Ramírez, un regidor acaudalado y comerciante visionario que, en 1593, aprobó su construcción con la peculiar estructura de tres arcos frontales y uno en cada costado.

No solo fue su hogar, sino un mesón, un sitio de descanso para quienes cruzaban la ruta comercial. Desde aquí, Ramírez abastecía a los viajeros con productos de su tienda en la 8 Oriente, facilitando el comercio en la joven Puebla.

Se dice que desde este punto se trazó la ciudad de Puebla, lo que lo convierte en un lugar clave en la historia local. Aquí también se presentó el primer Ayuntamiento de la ciudad, marcando el inicio de su vida política y administrativa.

La primera misa y el nacimiento de los huehues.

Muy cerca de este emblemático edificio, en la Iglesia de la Santa Cruz, se llevó a cabo la primera misa de Puebla , un evento trascendental que vendió el inicio espiritual de la ciudad.

Además, en el Barrio del Alto nació una de las tradiciones más coloridas y representativas de la identidad poblana: los huehues . Estos danzantes, con sus coloridos atuendos y máscaras, han mantenido viva la memoria cultural de Puebla a lo largo de los siglos.

Barrio del Alto:

Barrio del Alto: Del esplendor al olvido… y al renacer

A lo largo de los años, la casona vivió múltiples transformaciones. Su función original como mesón dio paso a otros usos:

  • Fue pulquería, bajo el nombre de La Estocada , un sitio donde el pulque fluía y la vida bohemia se manifestaba.
  • Se convirtió en vecindad, albergando a generaciones de poblanos en su interior.
  • Fungió como ministerio público, un espacio de burocracia y justicia.
  • Finalmente, se convirtió en oficinas de gobierno, función que desempeña hasta la actualidad.

Este edificio, que alguna vez estuvo en el abandono, ha sido rescatado del olvido gracias a historiadores y vecinos que han compartido fotografías y relatos en redes sociales, recordando su importancia en la historia poblana.

Un barrio que sigue latiendo

El Barrio del Alto no es solo una postal del pasado, sino un lugar vivo, lleno de historias, tradición y cultura .

Sus calles aún resuenan con el eco de los comerciantes que establecían mercados efímeros, con el murmullo de viajeros descansando en el mesón y con las risas de los primeros huehues que bailaron en sus rincones.

Hoy, este barrio sigue siendo un punto de referencia en la ciudad, un sitio que nos recuerda que Puebla de los Ángeles nació aquí, entre arcos, mercados y fe.

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