Puebla es un estado que cautiva con su impresionante belleza natural en sus 217 municipios, cada uno con tesoros únicos por descubrir. Hoy queremos llevarte a Apulco, un auténtico paraíso atravesado por el río que lleva su nombre. Este destino destaca por sus majestuosas cascadas, pozas naturales y escarpados riscos, todo ello enmarcado por un espléndido paisaje de bosques de pinos, sabinos, ocotes y encinos.
Apulco es el lugar perfecto para los entusiastas del ecoturismo y la aventura, ofreciendo una amplia gama de actividades en el corazón del bosque de niebla. Aquí podrás disfrutar de campismo, ciclismo de montaña, paseos a caballo, senderismo y observación de aves. El Valle de Apulco es un entorno de bosque de niebla que alberga una flora extraordinaria, incluyendo imponentes helechos arborescentes.
Rodeado de valles, ríos, cascadas y montañas cubiertas de niebla, Apulco brinda un ambiente ideal para el descanso, la meditación, citas románticas y esparcimiento familiar, sin olvidar las emocionantes oportunidades de aventura.
Ubicación: Apulco se encuentra a 150 km de la ciudad de Puebla, a 25 km de Cuetzalan y a solo 9 km (aproximadamente 20 minutos) de Zacapoaxtla. Entre Zacapoaxtla y Cuetzalan se ubica el encantador Hostal Hacienda Apulco, un hermoso refugio rodeado de naturaleza que invita a la relajación y la aventura.
El trayecto por la Carretera 575 nos ofrece un paisaje digno de una película. Una densa niebla nos da la bienvenida en Zacapoaxtla, creando una atmósfera impresionante y casi mágica que se va disipando al acercarnos al Hostal Hacienda Apulco, como si se abriera el telón de un teatro para revelar una hermosa obra.
Tras disfrutar de una deliciosa comida, puedes embarcarte en un paseo guiado por el Sendero del Amor, donde admirarás hermosas flores y fuentes, además del impresionante cañón del río Apulco. Durante este recorrido, conocerás la fascinante historia de las orquídeas y la leyenda de la flor que llora al pie del abismo, mientras caminas junto a tu ser querido hacia la majestuosa cascada de la Olla.
La cascada de la Olla, con sus 40 metros de altura, se forma por la unión de dos caídas de agua que desembocan en una hermosa poza. Su cauce sigue fluyendo bajo la Finca Santa María Tres Arroyos y se adentra en el cañón, dirigiéndose hacia la presa de Atotocoyan.