Ante la pandemia del covid-19 y el confinamiento, el consumo de azúcares y harinas como fuente de energía representa un riesgo para la población que puede desencadenar en problemas de sobrepeso, obesidad, desórdenes de comportamiento y hasta diabetes, alertó Isabel Fernández Crispín, investigadora del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Señaló que, entre los azúcares, los denominados añadidos pueden resultar perjudiciales para la salud porque están relacionados con enfermedades crónico-degenerativas y ofrecen energía sin valores nutrimentales, por lo que no son fuente de vitaminas y minerales.
Por su parte, Liliana Aracén Fuentes, investigadora de la Ibero Puebla, destacó que los azúcares añadidos se pueden presentar a través de diferentes variantes: jugo de caña, glucosa, caramelo, melaza, fructosa, miel o jugo de frutas; todas ellas suelen incluir grasas saturadas.
“La Organización Mundial de la Salud recomienda que el consumo de azúcar sea menor al 10 por ciento de la ingesta calórica diaria, aunque lo ideal es que no exceda el cinco por ciento. Una forma de verificarlo es a través de la información nutrimental en los etiquetados de los productos, así como cuestionarse si el comestible debe llevar azúcar añadido para destacar su sabor”, manifestó.
Durante mesa de análisis virtual sobre el cuidado de la salud en tiempos de covid-19 organizada por la Ibero Puebla, Aracén Fuentes agregó que el alto consumo de sal contribuye a la retención de líquidos y eleva la presión arterial, ante lo cual, es fundamental no superar los cinco gramos diarios.
“Los alimentos altos en sodio son los productos de panadería, embutidos, alimentos enlatados, refrescos, quesos procesados, sazonadores y frituras”, apuntó.
Las especialistas coincidieron en que, para disminuir el consumo de sales y azúcares se puede optar por fuentes naturales de energía, suprimir el consumo de bebidas azucaradas, evitar endulzar o salinizar alimentos y bebidas, hacer colaciones con opciones saludables y, en términos generales, llevar una dieta adecuada.
“Se recomienda retirar el salero de mesa del consumo diario, buscar condimentos alternativos y lavar los alimentos enlatados para retirarles el sodio conservador. Realizar las compras de comestibles se ha convertido en una tarea compleja y con altas demandas de desinfección y limpieza”, explicó Aracén Fuentes.