La Coach en Hábitos Paty Pineda da a conocer a las y los lectores de Revista Única las diferencias entre adelgazar y perder peso.
Después de tener a mi último bebé, con el que subí más de 20 kilos, comencé a hacer cambios en mi alimentación con el objetivo de perder esos kilos de más que se quedaron después del parto.
Generalmente hablamos de kilos cada vez que nos sometemos a algún régimen alimenticio o a planes de alimentación con este objetivo. Mis retos se titulan de pérdida de GRASA, justamente porque entendí la importante diferencia entre bajar kilos o medidas.
La báscula no debe ser nunca el indicador de sí vamos por buen camino o no. Y sí; ya lo sé, seguramente mientras lees esto piensas ¿cómo es posible que no se trate de kilos si los kilos están y dicen mucho? Pero no, aunque te parezca ilógico, el peso no es el indicador al que debemos hacerle caso cuando buscamos regresar a un peso ideal.
Y es precisamente esta idea equivocada la que muchas veces nos hace pasarla mal mientras estamos bajo algún plan de alimentación.
Adelgazar y bajar de peso no es lo mismo. Si hacemos una dieta muy baja en calorías y quitando carbohidratos, la gente siente como pierde peso, pero esto no es grasa, es sólo que el cuerpo detectó una escasez de alimentos y para sobrevivir, produce cortisol y destruye una buena parte de los músculos del cuerpo. Al subirnos a la báscula nos sentimos felices de ver kilos menos, pero eso no fue grasa, fue pérdida de masa muscular.
Lo que realmente queremos lograr es ADELGAZAR; es decir, perder tallas, hacernos más angostos, perder pancita, reducir medidas, entrar en la ropa cómodamente, sin destruir músculos, sin perder agua, sólo perder GRASA.
¿Sabías que la grasa es uno de los componentes del cuerpo que menos pesa? Así es, una persona con obesidad flota más fácilmente en una alberca que una persona flaca. Esto es debido a que los órganos, el agua, la masa ósea y los músculos son más pesados que la grasa. La diferencia es que la grasa es un componente que ocupa mucho espacio en el cuerpo, por lo tanto una persona obesa se ve más grande y ancha que una delgada. La grasa es verdaderamente liviana, pero tan voluminosa que tiene la capacidad de tapar arterias y ocasionar ataques al corazón.
El verdadero indicador de que vamos bien no está en el peso, está en la circunferencia de tu cintura, en la reducción de tallas, en el pantalón que te ajustaba y ahora te queda mejor, en dormir bien, en tener más energía. El progreso que te acerca a tu meta es ver que tu abdomen se reduce, tus brazos se adelgazan y que por el contrario tus músculos crecen y se fortalecen.
No dejes que el peso defina tu día, no te peses. Recuerda que los músculos son un tejido pesado pero que ocupan menos espacio en ti, pesan 2 ½ más que la grasa, así que un buen indicador puede ser que conserves el mismo peso pero que cada vez te compres tallas más chicas.
Concentra tus esfuerzos en comer bien, ejercitarte y experimentarás energía, vitalidad y verás que el verdadero indicador se hace notar. No permitas que la báscula defina tu día, sino tu nivel de bienestar, de energía y claro, tu mejor composición corporal.
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