Arroz, tamales de frijol y agua fueron los acompañantes del tradicional y auténtico mole poblano que este fin de semana se ofertó en San Lucas Atzala, localidad de San Andrés Calpan.
Un total de 16 cocineras, desde sus hogares y con el apoyo de sus familias, elaboraron este platillo, a fin de venderlo en sus patios, pero con todas las medidas sanitarias ante la pandemia por Covid-19, entre ellas, uso de cubrebocas y gel antibacterial.
En la entrada al pueblo, habitantes, en su mayoría jóvenes, adaptaron sus motocicletas con cartulinas con las siguientes leyendas “lo guiamos a la venta del mole”. De esta manera, a cambio de una propina, desde unidades abrían paso a las y los visitantes.
Hasta esta comunidad, donde además ya varias casas comercializan el tradicional Chile en Nogada, llegó la Revista Única.
La señora Rogelia Ventura, una de las vendedoras de mole más conocidas, contó que 2021 se convirtió en la octava edición de esta actividad. Sin embargo, debido a la contingencia sanitaria por Covid-19 se transformó de feria a venta.
Sentada en un banco de madera y junto a su cazuela de mole, doña Rogelia se encargó de supervisar cada platillo servido a las y los comensales.
“El molito va acompañado de arroz, tamales y agua. Ya la carne depende del gusto de casa persona, tenemos de pollo y guajolote”, señaló, después, abundó que las piernas y muslos son los favoritos de las y los visitantes.
En esta venta, a la señora Rogelia la apoyó su familia, incluso su esposo no se movió de la entrada y es que su labor fue convencer a la gente que su esposa era la de mejor sazón.
Asimismo, Vicenta Sánchez Flores adecuó el patio de su hogar para elaborar y luego vender este platillo. Ahí, con el apoyo de sus dos hijas también hizo tortillas, tamales y agua, recibió a todas y todos aquellos que desde temprana hora llegaron para degustar este mole.
Admitió que para esta venta se esperaba a más gente, sin embargo, entendió que ante la contingencia sanitaria por Covid-19 algunas personas optaron por quedarse en sus hogares, no obstante, confió que las cosas mejoren para 2022.
En esta ocasión el costo del platillo fue de 170 pesos, preció que fue bien visto por las personas que llegaron hasta Atzala.
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