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Nuestra artesanía viviente como cuerpo es participación

Con emoción y, quizá, con cierta devoción, Octavio Paz (El uso y la contemplación, Cambridge, Mass., 7 de diciembre de 1973) se refería a la artesanía como el acontecer que es “Hecho con las manos, el objeto artesanal guarda impresas, real o metafóricamente, las huellas digitales del que lo hizo.

Esas huellas no son la firma del artista, no son un nombre; tampoco son una marca. Son más bien una señal: la cicatriz casi borrada que conmemora la fraternidad original de los hombres”.

Además, aseveró, el objeto artesanal está hecho para las manos: no solo lo podemos ver sino que lo podemos palpar. “… no es una relación, sino un contacto.

El carácter transpersonal de la artesanía se expresa directa e inmediatamente en la sensación: el cuerpo es participación. Sentir es, ante todo, sentir algo o alguien que no es nosotros… La artesanía es un signo que expresa a la sociedad no como trabajo (técnica) ni como símbolo (arte, religión) sino como vida física compartida”.

Desde 1995 se celebra el 19 de marzo como el día del artesano, oficio (si no ritual) que se considera como actividad baluarte de nuestra tradición y cultura.

Para el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), ese día se reconoce a los artesanos como artistas y representantes que preservan conocimientos, tradiciones y costumbres y los integran a la vida diaria en objetos utilitarios y estéticos, la “vida física compartida”.

En nuestro país la producción de artesanías se clasifica en ocho áreas: alfarería y cerámica; fibras vegetales y textiles; madera, maque y laca, instrumentos musicales y juguetería; cartón y papel, plástica popular, cerería y pirotecnia; metalistería, joyería y orfebrería; lapidaria, cantería y vidrio; talabartería y marroquinería, así como alimentos y dulces típicos.

De acuerdo con cifras del INEGI, el sector de la cultura generó 724 mil 453 millones de pesos corrientes en 2019, de los cuales, las artesanías aportaron 138 mil 291 millones de pesos que representan 19.1% del sector cultural. Esto significa que de cada peso producido en el ámbito cultural, 19 centavos provienen de nuestros artesanos.

Por otro lado, en 2019 el gasto en artesanías realizado por los hogares ascendió a 135 mil 453 millones de pesos corrientes, lo que equivales a 18.7% del total de gasto realizado por los hogares en bienes y servicios culturales.

Según este dato, las familias gastamos más de 18 pesos de cada 100 que destinamos a la cultura en llevar a nuestras casas un objeto hecho para compartir la vida física, para que nuestro cuerpo sienta que participa. Es un dato revelador, pues refiere que la artesanía nos acerca y nos conserva como seres que compartimos nuestras huellas y raíces con objetos materiales.

La relación de las artesanías y el empleo es importante. En efecto, también en 2019 las artesanías emplearon 489 mil 890 puestos de trabajo ocupados remunerados, cifra que representó 35.1% de los puestos que empleó el sector de la cultura en su conjunto.

Estos datos se complementan con los contenidos en la información adicional presentada por el INEGI del censo de población y vivienda 2020, del cual se estima que 6 de cada 10 personas ocupadas están insertas en el sector comercio y servicios, y que 27.7% son artesanos, trabajadores en la construcción y en actividades de apoyo, mientras que 22.1% son funcionarios, profesionistas y técnicos y 13.4% son comerciantes y empleados en ventas.
Nuestra artesanía, para nosotros y para quienes nos visitan de otros países, sigue estando presente. Como dijo Octavio Paz, para guardar “las huellas digitales del que lo hizo” y mantener el contacto.

Mi correo ricardocaballerodelarosa@gmail.com

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