Falló un penalti Ocampos que pudo cambiarlo todo, pero el Barça se metió en la final gracias a los goles de Dembélé, Piqué y Braithwaite (3-0).
El Barcelona llegaba con un resultado adverso, tras caer 2-0 en el partido de ida ante el Sevilla en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, pero en el Camp Nou existía la esperanza de revivir una noche como la del 2017 ante el PSG en Champions League… y eso sucedió. Los culés vencieron 3-0 a los andaluces, tras obligar a los tiempos extra con un gol de último minuto de Piqué en el tiempo reglamentario.
El Sevilla llegó al Camp Nou con la ligera ventaja conseguida en el Sánchez Pizjuán por 2-0. Julen Lopetegui colocó un equipo ofensivo, en el que coincidieron desde el principio Luuk de Jong y En-Nesyri, escudados por los Suso, Óliver Torres, Jordán y compañía.
Mientras que en el Barça la principal novedad fue la presencia de Pedri en el once titular. El jugador era seria duda para el encuentro por su última lesión, pero se obró el milagro y el joven futbolista compartió tridente con Dembélé y Messi, quedándose Griezmann en el banquillo.
Sobre el papel, las dos apuestas eran de lo más ofensivas. En la práctica, el conjunto azulgrana fue el gran dominador del partido y, sobre todo, de una primera parte en la que Dembélé marcó el primero en el minuto 12. Cuanto todo parecía que acabaría con 0-1 y el pase del Sevilla, Piqué apareció en el descuento para forzar la prórroga.
Antes, el conjunto hispalense se había quedado con uno menos por la expulsión de Fernando. Así tuvo que encarar el Sevilla la prórroga con uno menos y con Braithwaite marcando el tercero a las primeras de cambio. Un gol le metía en la final, pero el Sevilla se quedó sin marcar en el Camp Nou.
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