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Home Office en México: la nueva modalidad.

Por Eliana Sánchez Cruz

Sin duda la pandemia ha llegado para romper paradigmas, aún existe incertidumbre sobre si la vida social volverá a ser lo que era antes de que la humanidad se viera obligada a un confinamiento al que, hasta ahora, no se le ve fin, al menos en los países latinoamericanos, donde los casos por contagios siguen teniendo cifras alarmantes. Ni qué decir de México, si bien se han empezado a reactivar varias esferas de la economía nacional, salir de casa sigue siendo un riesgo continuo.

Derivado de lo anterior, son muchas las empresas que le han apostado al trabajo vía remota a través de diversas plataformas y tecnología para que el trabajo que se hacía de manera presencial, pueda llevarse a cabo desde cada una de los hogares de sus colaboradores. De acuerdo con el portal RRHH Digital, antes de la pandemia, solo el 7% de los trabajadores laboraba desde su hogar, cifra que contrasta que con el 80% que actualmente lo hace.

Videoconferencia

Especialistas en trabajo sostienen que, esta nueva prestación, ha incrementado de manera significativa la productividad en las empresas, eso sí, siempre y cuando el trabajador disponga de las condiciones necesarias como: no tener niños o adultos mayores a su cuidado, adaptabilidad y sobre todo que sepa sobrellevar el aislamiento, pues mientras para muchas personas ha significado una ventaja, para otras se ha vuelto un martirio.

La llegada del home office ha significado un cambio rotundo de hábitos y rutina, mismas que emanan en la readaptación de nuestro ritmo de vida, e incluso de los espacios de nuestro hogar, lo que representa una pérdida en la diferenciación entre la vida laboral y personal, pues ahora nos hemos llevado el trabajo a casa improvisando una oficina en cualquier espacio, llámese sala, comedor, cocina o habitación, lo que genera una sensación de obligaciones laborales sin fin.

De repente el hogar, sin esperarlo, se ha convertido en oficina y, para muchos, también en salón de clases, invadiendo la intimidad y privacidad de un espacio tan personal. Nos encontramos saltando de una habitación a otra para cambiar el ambiente de oficina a casa y viceversa, eso quienes tienen más espacio; los que no, se ven obligados a dividir el comedor entre computadora, papeles y bolígrafos, y los alimentos del día; lo que para nada es sano, pues muchos caen en la situación de trabajar con el plato a lado.

Por otra parte, so pretexto de que todos debemos permanecer en casa, las horas parecen mezclarse y confundirse al grado de no saber distinguir entre el tiempo personal y el de trabajo, recibiendo llamadas, correos y mensajes a cualquier hora, provocando ansiedad y estrés de saberse disponible y conectado prácticamente todo el día.

Home Office

Desde que millones de trabajadores nos hemos visto en la necesidad de laborar desde casa, hay quienes afirman que ahora trabajan más tiempo que cuando acudían a la oficina, prologando la jornada laboral a más de ocho horas sin que se aprecie realmente el tiempo personal, salvo por los fines de semana, pero para muchos ni eso. De ahí que surjan las preguntas, ¿de quién depende establecer límites en los horarios laborales?, ¿del trabajador o del jefe?

En medio de la emergencia sanitaria, millones de personas han perdido su empleo, de acuerdo a cifras compartidas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) suman más de 15.7 millones, ocasionando que en el 30.4% de los hogares, al menos un integrante, se quedó sin trabajo derivado de la pandemia, lo que ha representado una baja en los ingresos y, por ende, reducción de los gastos, lo que se ve reflejado en una economía nacional parada, o con un ritmo mucho más lento.

Conociendo lo anterior, el temor de pasar a formar parte de la estadística y colocarse en la fila del desempleo, ha provocado que muchos trabajadores prefieran aguantar las horas extra sin compensación, más que la relativa certidumbre de saber que si continúan disponibles prácticamente 24/7 para sus jefes, conservarán su empleo para seguir generando sus ingresos.

Perder empleo

No obstante, existe la otra cara de la moneda, es decir, aquellos trabajadores que, aprovechando su condición de trabajo a distancia, ocupan las horas laborales para otras actividades: desde conectarse tarde, salir durante el horario laboral a resolver temas personales, ignorar correos y mensajes durante el horario en el que se supone deberían estar disponibles, e incluso tomar vacaciones sin que repercuta en sus días disponibles.

Por ello, la Comisión de Trabajo y Previsión Social busca regular el trabajo en casa a raíz de que se aprobara en la Cámara de Diputados el dictamen para reformar la Ley Federal del Trabajo (LFT) empezando por definir alcances, responsabilidades y obligaciones de ambas partes; cabe mencionar que dicha legislación aún tiene que pasar por una discusión en la Cámara de Diputados, misma que se espera que sea en este mes.

Por una parte, el empleador debe proporcionar las herramientas, condiciones y tecnología necesarias para que el trabajador pueda realizar sus actividades; éste a su vez, debe asegurar el cuidado y protección de los equipos a su resguardo, así como de la información de la empresa. Además, se debe garantizar el respeto a la privacidad del trabajador, y el balance entre su vida personal y laboral.

Retomando las preguntas planteadas con anterioridad, ¿de quién depende establecer límites en los horarios laborales?, ¿del trabajador o del jefe? La respuesta es que es una responsabilidad compartida entre ambas partes, ninguno debería abusar de las ventajas y desventajas que ha traído esta modalidad, que muchos aseguran, llegó para quedarse, de modo que es preciso que todas las empresas encuentren el equilibrio para ofrecer una vida laboral de calidad.

Home Office

Aunque algún día se pueda regresar a las oficinas, el home office pasará a formar parte de las prestaciones ofertadas por las empresas; se ha demostrado que, de mantenernos así, nuestro impacto en la naturaleza sería mucho menor al disminuir el tránsito de carros diario, accidentes, entre otras, y el ahorro de recursos tanto para el empleador, como para el trabajador, por lo que será ya una nueva realidad.

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