En opinión de Yoselin Paredes,lLa inclusión es vital para alcanzar la democracia representativa y tener países en el que la discriminación de género, la violencia machista y la invisibilidad de la mujer termine de una vez por todas
Creemos que porque estamos tan alejados uno de los otros no tenemos similitudes en nuestros sistemas económicos, políticos y sociales. Sin embargo pareciera que los kilómetros no importan tanto cuando para garantizar los derecho humanos de las mujeres se trata.
La violencia de género y las nulas oportunidades de desarrollo son algo que todos los países compartimos.
Las mujeres en la sociedad actual somos ejemplo de cambio y resistencia, ante la situación atacante y doliente por la que atravesamos; movimientos feministas, políticas, activistas y artistas señalan cada vez más el problema de violencia y con ello acciones sustantivas que resuelven y no solo de manera aislada, hemos entendido el eje central que busca no solo las mismas oportunidades tanto para mujeres como para hombres sino también espacios de representación, reconocimiento y la lucha por garantizar cada uno de los derechos de las mujeres.
En el México como en el Egipto la violencia de género se vive, por ejemplo, en EL CAIRO capital de Egipto, las mujeres deben renunciar a sus derechos económicos y devolver la dote que les entregaron sus maridos al casarse.
En India se sigue creyendo que la menstruación es símbolo de impureza, las mujeres no pueden hablar de ello y como consecuencias sufren infecciones vaginales.
En Tailandia, cerca de 300.000 mujeres son víctimas de trata, la última encuesta nacional sobre violencia de género en Tailandia es de hace 20 años.
En Indonesia las mujeres que se casan bajo ciertas religiones son forzadas a parir hasta conseguir como resultado: un varón, esto bajo el nombre de la religión, sin cuestionar la voluntad de la mujer.
En México, específicamente en el estado de Puebla, el 47.3% de las mujeres han sufrido violencia en la infancia y el 39.4% vivió una violencia física, según la ENDIREH 2021.
Aunque mucho se habla de igualdad, aún existe un poderoso núcleo de sociedades y sistemas machistas que continúan perpetuando la misoginia, el sexismo, el clasismo y el racismo oprimiendo e impidiendo el crecimiento y desarrollo pleno de las niñas y mujeres.
El gran problema de este tema además de nuestra falta de interés por entender las estructuras y por cuestionarnos los sistemas ya conocidos, es el poco acceso a las oportunidades, sin mencionar la mala gobernanza que existe para llevar la información a zonas rurales.
La propuesta sería que se amplié el enfoque de las causas estructurales de la desigualdad de genero, que exista no solo una representación para las mujeres si no que se garantice la participación de las mismas, que exista un empoderamiento femenino que promueva la libertad financiera y no que promueva los estándares de belleza que solo se quedan en un plano superficial.
Es de suma importancia que se consideren las intersecciones entre el desarrollo económico social y ambiental, pero también necesitamos saber mucho más de la intersección entre género y edad, étnica, raza y ubicación geográfica. La interseccionalidad nos permite crear canales de apoyo y hacer de las luchas individuales, luchas colectivas, de alguna forma la empatía y la sororidad toman forma convirtiéndose en material de grupo.
Es tiempo de que nuestras acciones se resuelvan en forma colectiva, es tiempo de romper esas opresiones.
La inclusión es vital para alcanzar la democracia representativa y tener países en el que la discriminación de género, la violencia machista y la invisibilidad de la mujer termine de una vez por todas. El desafío mas importante es generar acciones que resuelvan de manera inmediata las problemáticas de higiene salud y educación.
