A pesar de los problemas económicos y el complicado panorama, los poblanos realizan esfuerzos para mantener la tradición de consumir algún antojito, subirse a los juegos mecánicos o comprar una “mulita”, un “panzón” o una muñeca en el marco de la celebración dedicada a las personas que llevan por nombre Manuel o Manuela.
En el marco de la celebración del jueves de Corpus Christi o Cuerpo de Cristo, los poblanos recuerdan y festeja a los Manueles o Manuelas.
En el Barrio del Artista, desde la mañana de este jueves, decenas de puestos ya estában colocados para que los poblanos consuman algún antojito, pan de fiesta o algún otro alimento; y compren las tradicionales «mulitas» que serán regaladas a algún amigo que no siempre se porta bien.
Tras la misa que encabezó el obispo auxiliar de Puebla, Felipe Pozos Lorenzini, acompañado por el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, en la catedral de Puebla, muchos de los fieles se trasladaron a la 6 Norte, entre la 6 y la 4 Oriente, calles cerradas a la circulación vehicular, para consumir algún antojito y recorrer los puestos de artesanías.
Las tradicionales “mulitas” hechas de barro o palma, para luego regalarlas cuestan ente 25 y 300 pesos.
Los artesanos ofrecen pintar las mulas con dedicatorias a familiares, compadres y amigos.
De forma adicional, en los puestos se ofrecen muñecas de cartón o tela, y «panzones» de diferentes tamaños.
De acuerdo con la tradición católica, hace muchos años, un hombre llamado Ignacio tenía dudas acerca de su vocación sacerdotal y un jueves de Corpus le pidió a Jesucristo que le mandara una señal para definir su futuro. Se dice que al pasar el Santísimo Sacramento, Ignacio pensó que si estuviera presente Dios, hasta las mulas se arrodillarían. La tradición dice que en ese instante, una mula de un hombre panzón, se arrodilló. Ignacio interpretó la acción como una señal en su vida y decidió estudiar para convertirse en sacerdote.
