Diversos analistas coinciden en que 2022 será un año difícil con incertidumbre en las inversiones, alta volatilidad, un crecimiento moderado de la economía e inflación que se espera vaya en declive durante el año y pueda acercarse a la meta fijada por el Banco de México.
Según el INEGI, la primera quincena de diciembre de 2021 el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un alza de 0.10% respecto a la quincena inmediata anterior. La inflación anual llegó así a 7.45%, la más alta en los últimos años. En el mismo periodo de 2020 la inflación fue de 0.34% quincenal y de 3.22% anual. Como se observa, 2021 cerró con altas expectativas de inflación.
Pero no sólo es el aumento de los precios lo que preocupa sino la tendencia a que este escenario temporal se convierta en un problema estructural y se revierta sobre los precios de los insumos con los que funcionan las cadenas productivas, lo que encarecería los precios por el lado de la oferta, así como sobre la canasta básica, que traería presiones a los salarios que se han disminuido por el desempleo y el menor ingreso de los ingresos familiares.
Según los especialistas del sector privado consultados por el Banco de México, el PIB de México cerraría con un crecimiento para 2021 de 5.60%, una estimación para 2022 de 2.77% y una proyección para 2023 de 2.15%, cifras muy alejadas de los resultados que se requieren para que el país se recupere del debacle de 2020.
Con datos trimestrales de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOEN) para el periodo julio-septiembre de 2021, la población desocupada se situó en 2.5 millones de personas y la tasa de desocupación fue de 4.2% de la PEA, tasa menor que la de 5.2% obtenida en igual periodo de un año antes.
Este dato es importante en términos del aumento de empleo, pero la misma encuesta señala que las personas que ganan más de 5 salarios mínimos disminuyeron en más de 36 mil entre noviembre de 2021 y el mismo mes de 2020. Además, quienes perciben de 2 a 3 salarios mínimos también disminuyeron de 7.9 a 7.6 millones en el mismo lapso.
Por el contrario, las personas que ganan hasta 1 salario mínimo aumentaron de 12.4 a 13.5 entre noviembre de 2020 y noviembre de 2021, en tanto que los que se ubican en sus ingresos entre 1 y 2 salarios mínimos sumaron 19.5 millones, cuando a fines de 2020 eran 18.2 millones.
Estas tendencias confirman que 30.7 millones ganan hasta 2 salarios mínimos y 12.7 perciben más de 3. Aunque de modo general el empleo esté aumentando, una gran
cantidad de personas ha encontrado trabajo con un salario que no es remunerador y muchos empleos pertenecen a la economía informal. Esta desigualdad laboral, informalidad y pobreza salarial se observa cuando se toma en cuenta que apenas 1.3 millones de personas ganan más de 5 salarios mínimos.
En conclusión, 2022 es un año retador para la política económica. No sólo el Banco de México deberá hacerle frente al momento inflacionario y evitar que de coyuntural se transforme en estructural, sino que deberá trabajar activamente en su estrategia monetaria de cara al proceso de transición que sufrirá con la nueva conformación de sus órganos de decisión.
Por otro lado, las inversiones deberán de crecer e impulsarse mediante la creación de una nueva era de confianza institucional que disminuya la incertidumbre y reactive la economía en un mundo altamente volátil. Como lo hemos comentado, estamos en el punto en el que el crecimiento debe pasar de un simple jalón como resultado del derrumbe de 2020, a otro de crecimiento sostenible y de largo plazo. Lograrlo es la principal meta del gobierno para este año.
Mi correo ricardocaballerodelarosa@gmail.com