Tu cuerpo se acostumbrará al ejercicio
Pretextos hay muchos, la idea es vencerlos, pero sobre todo que no te presiones y si en un momento tiras la toalla, vuelve a levantarla y sigue esforzándote y ejercitándote.
1. Empieza despacio
No se trata de que desfallezcas a la primera de cambios. Además, si quieres arrancar a todo vapor, es mucho más fácil que te lesiones. Recuerda que a tu cuerpo le gusta hacer las cosas gradualmente.
2. Evita el aburrimiento
Cambia tu rutina de ejercicios para que sea divertida e interesante todos los días. En el gimnasio, puedes hacer distintos aparatos o tomar clases diferentes. Si, por el contrario, te ejercitas en casa, puedes recurrir a distintos videos; o puedes salir a correr un día y al siguiente ejercitarte dentro de casa.
Incluso, si te funciona, basta con cambiar el tipo de música que escuchas.
3. Busca apoyo
Ya sea que le avises a alguien que te ejercitarás y quieres que te anime, o que los reclutes como compañeros de caminata o de gimnasio. Se ha demostrado que uno se compromete más con su cometido si alguien más está enterado o forma parte de los planes.
4. Llena el tanque
Asegúrate de haber comido un refrigerio saludable y bebido un buen vaso de agua 30 minutos antes de hacer ejercicio, a fin de que no te quedes sin combustible. Así garantizarás que tu organismo tiene las reservas necesarias para la labor que le espera.
De lo contrario, puedes sufrir una descompensación.
5. Cambia de actitud
Debes ser egoísta respecto a tu horario de ejercicios: anótalo en la agenda y asegúrate de que sea prioritario. Los planes sociales pueden esperar para otro momento.
6. Celebra tu éxito
Medir tu peso es importante, sobre todo si tu meta es perderlo. Pero no es lo único que cuenta: ¿aumentó tu nivel de energía? ¡Bravo! ¿Disminuyeron tus medidas? ¡Felicidades! ¿Te ejercitaste cinco días seguidos? ¡Muy bien! Recompénsate cuando notes este tipo de avances.
7. Trabaja con tu cuerpo, no en contra de él
Respeta tus limitaciones físicas y busca movimientos que hagas bien y que disfrutes. Y esto no es lo mismo para cada quien: las personas más sociables suelen disfrutar de la danza, mientras que los más solitarios optan por caminar y correr. Lo importante es que te conozcas y aceptes tus habilidades.
Fuente: Selecciones Reader’s Digest