El 19 de noviembre de cada año se celebra el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, cuya finalidad es reivindicar los derechos salariales de las mujeres, ya que es este sector de la sociedad quien encuentra más obstáculos y dificultades en el mundo empresarial y financiero cuando se trata de emprender, esta fecha es ideal para reflexionar sobre el empoderamiento de la mujer en el mundo y terminar con las desigualdades de género.
El origen de la celebración de este importante día nació en el año 2014 en el Consejo de las Naciones Unidas para reconocer el esfuerzo y el valor de las mujeres emprendedoras, la iniciativa fue propuesta por la empresaria estadounidense Wendy Diamond, toda una personalidad de televisión en los Estados Unidos además de ser una de las autoras más leídas en aquel país.
Con esta fecha viene la necesidad de que la sociedad en su conjunto trabajé para fortalecer el emprendimiento femenino como una herramienta social para romper con prejuicios sociales y terminar con la desigualdad existente en salarios entre mujeres y hombres. De igual manera se debe trabajar para que los gobiernos creen condiciones de igualdad financiera y de oportunidades para aquellos cientos de miles de mujeres que emprenden con su negocio o empresa, muchas veces orillas por la necesidad de llevar el sustento a su familia.
En nuestro país las mujeres emprendedoras suelen trabajar en la informalidad y por ganancias que no superan los cuatro mil pesos mensuales según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) además añade que las mujeres emprendedoras se sienten limitadas en sus capacidades de crecimiento. Otros datos del mismo Instituto, afirman que 8 de cada 10 mujeres que emprenden lo hacen en la informalidad que tiene como consecuencia una menor productividad que conlleva a menor salario para sus trabajadoras en caso de que las tenga lo cual tiene una consecuencia negativa para poder acceder a créditos y a nuevos mercados.
En este sentido el Instituto ofrece cifras alarmantes pues mientras que una mujer emprendedora informal apenas y alcanza los 4 mil pesos mensuales, aquellas mujeres en la formalidad logran hasta 10 mil pesos; es decir al menos el 50% más que los negocios informales.
El perfil de las mujeres emprendedoras mexicanas con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI suelen ser mujeres de entre 25 y 44 años de edad, la mayoría de ellas con al menos un hijo, casadas y su promedio de escolaridad es la Educación Básica terminada; es decir hasta la secundaria.
Ante su situación personal, sumado a la situación económica que atraviesa nuestro país agravado por la pandemia de COVID 19, el emprendimiento se ha convertido en una opción real para que las mujeres puedan generar ingresos sin abandonas sus actividades diarias en su casa. El problema se centra cuando la mayoría de estas mujeres siguen estando en la informalidad debido a la falta de tiempo para realizar los trámites burocráticos que exigen las autoridades de sus localidades, falta de capital para pagar sus derechos comerciales y sobre todo falta de conocimientos sobre administración, son las principales causas para que las mujeres no formalicen sus negocios que tiene como consecuencia inmediata aumentar la barrera social.
Los gobiernos necesitan seguir trabajando de manera coordinada en los tres niveles para facilitar los trámites para la creación de nuevos negocios, incentivar nuevos créditos en instituciones privadas y públicas para las mujeres emprendedoras, programas de capacitación administrativa y legal para el éxito en sus negocios, como sociedad tenemos la responsabilidad de trabajar por la desigualdad económica entre mujeres y hombres.
