viernes, abril 19, 2024
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13 datos curiosos de la vida de San Felipe Neri

San Felipe Neri es patrono de los educadores y humoristas.

En Revista Única te vamos a hablar de San Felipe Neri, patrono de los educadores y humoristas, además es fundador del Oratorio en Roma, hoy 26 de mayo se celebra su fiesta. Es recordado por haber recibido el don de la curación, de profecía y poder leer los pensamientos de otros. Estos son algunos de los datos de la vida del «Apóstol de Roma».

1. – Infancia.

Felipe nació en Italia en la ciudad de Florencia en el año 1515.

Quedó huérfano de madre, y aunque después tuvo una madrastra que se convirtió en madre para él, su padre lo mandó a San Germano para que aprendiera de negocios con un tío muy adinerado que tenía.

2.- Una experiencia mística provocó su conversión.

Felipe Neri recibió sus primeras enseñanzas religiosas de parte de los frailes dominicos del Monasterio de San Marcos de Florencia en Italia. A los 16 años fue enviado a San Germano para ayudar en el negocio del primo de su padre.

Hizo tan bien aquella labor que su pariente decidió hacerlo heredero de su fortuna. Felipe tuvo una experiencia mística en una capilla que pertenecía a los benedictinos de Monte Cassino y descubrió su vocación al sacerdocio. Pronto decidió alejarse de la opulencia y los bienes materiales para enrumbarse en 1533 a Roma y servir a Dios.

3.- Es conocido como el «Apóstol de Roma».

Luego de abandonar sus estudios de filosofía y teología –cerca del 1540– decidió hacer apostolado y enseñar el catecismo a los pobres. En aquel tiempo el Colegio Cardenalicio era gobernado por los Medici y por ello muchos cardenales se comportaban como príncipes seculares. Roma se encontraba en un estado de ignorancia religiosa, los sacerdotes abandonaban a la feligresía y las iglesias, y las costumbres de la época no eran las mejores.

Durante 40 años Felipe fue el mejor catequista de Roma y logró transformar la ciudad. Su activo apostolado comenzó con la visita a hospitales, después empezó a frecuentar las tiendas, almacenes, bancos y lugares públicos, exhortando a las personas a servir a Dios.

4.- Es patrono de los humoristas.

Felipe era alguien muy alegre, divertido y feliz. En una época donde había mucha miseria física y espiritual, Felipe fue conocido no sólo por su santidad sino también por su buen humor, hay quienes lo llaman el Santo más feliz de Dios.

Donde sea que Felipe llegaba se formaba un ambiente de fiesta y buen humor, la gente se reía de buena gana de sus chistes y en ocasiones hasta exageraba sus chistes y se hacia el medio payaso para pasar desapercibido y que la gente no lo creyera santo, no lo esperaba pero hasta se convirtió en patrono de los comediantes.

Definitivamente Felipe recibió de Dios el don de la alegría y amabilidad. Como era tan simpático en su modo de tratar a la gente se hacía fácilmente amigo de obreros, empleados, vendedores y niños de la calle.

Una de sus preguntas más frecuentes era: «¿y cuándo vamos a empezar a volvernos mejores?». Si le demostraban buena voluntad, solía explicar los modos más sencillos para llegar a ser más piadosos y comenzar hacer la voluntad de Dios.

También tuvo por amigos a varios cardenales y príncipes que lo estimaban por su gran sentido del humor y humildad.

Maler: Piazzetta, Giambattista Stecher: Pitteri, Marco Alvise

5.- El gran corazón de Felipe Neri.

Acostumbramos decir que cuando alguien es muy amoroso o bueno, tiene un gran corazón, pero con Felipe Neri (Don Filippo como lo llamaban) esta frase va más allá de sólo eso.

Cerca del año 1544 previo a la Fiesta de Pentecostés, El Espíritu le concede una gracia excepcional. Felipe al estar orando siente el Amor de Dios y ve una llama en forma de globo, la cual llega hasta su corazón, el cual vibró intensamente, y esto provocó que físicamente se le agrandara el corazón, esto al punto de que dos costillas se le rompieran para que cupiera su corazón en su pecho.

Las costillas terminarían haciendo un arco para dar lugar al corazón de Felipe ensanchado por el Amor de Dios. Esta experiencia le hizo sentir un profundo amor por su prójimo y también recibió dones sobrenaturales.

6.- Se dedicaba a la oración y a las obras de misericordia.

Además del apostolado, Felipe Neri solía pasar la noche en el pórtico de alguna iglesia o en las catacumbas de San Sebastián, cerca de la Vía Appia, para entrar en profunda oración.

Practicaba además las obras corporales de misericordia.

En 1548, junto a su confesor y 15 laicos, fundó la Cofradía de la Santísima Trinidad, que se reunía para realizar ejercicios espirituales y socorrer a los peregrinos necesitados. Con ello fundó el célebre hospital de Santa Trinita dei Pellegrini, en el cual fueron atendidos y cuidados 145 mil peregrinos en el año jubilar de 1575.

7.- Su humildad y obediencia.

Pese a haber estudiado filosofía y teología él se dedicaba al servicio de los demás siendo solo un laico, ya que por humildad se resistía a convertirse en sacerdote ya que se consideraba indigno. Sin embargo, su confesor estaba convencido de que Felipe haría grandes cosas como sacerdote, por lo cual en obediencia a su confesor y siguiendo su consejo en el año de 1551 recibió la orden sacerdotal.

En otro momento de su vida se le quiso hacer cardenal, a lo cual Felipe se resistió.

Fue contemporáneo de otros santos como San Ignacio de Loyola, y a pesar de querer hacerse misionero como San Francisco Javier o retirarse a llevar una vida de oración como ermitaño, supo obedecer la voluntad de Dios que a través de visiones le comunicó que quería que se quedara en Roma, donde llevó a cabo una vida de apostolado ganándose el título de “Apóstol de Roma”, así obedeciendo no sólo a sus superiores sino también a Dios.

8.- Podía leer el pensamiento de sus penitentes y levitar.

El 23 de mayo de 1551, a los 36 años, fue ordenado sacerdote. Al poco tiempo fue a vivir a la iglesia de San Jerónimo de la Caridad (Italia) donde principalmente se dedicó a la confesión. Solía confesar desde la madrugada hasta mediodía, algunas veces hasta las horas de la tarde, para atender a una multitud de penitentes de toda edad y condición social.

No solo confesaba muy bien, sino que tenía el don de leer el pensamiento de sus penitentes y los guiaba con gran compasión en el camino de la santidad.

También celebraba con gran devoción la Misa diaria que muchos sacerdotes habían abandonado. Con frecuencia experimentaba el éxtasis durante la Eucaristía y se le vio levitar a veces. Para no llamar la atención trataba de celebrar la última Misa del día, en la que había menos personas.

9.- Curaba enfermos y predecía el futuro.

Felipe tenía el don de curación y le devolvió la salud a muchos enfermos. En varias ocasiones también predijo el futuro y vivía en estrecho contacto con lo sobrenatural. Quienes lo vieron en éxtasis dieron testimonio de que su rostro brillaba con una luz celestial.

10.- Conoció a San Ignacio de Loyola.

En 1544 Felipe se hizo amigo de San Ignacio de Loyola, a quien quiso seguir como misionero en Asia, pero al final desistió porque deseaba continuar con su labor en Roma. Fue así que constituyó el núcleo de lo que después se convirtió en la Hermandad del Pequeño Oratorio.

En 1575 esta hermandad pasaría a llamarse Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, siendo aprobada con la bula «Copiosus in misericordia Deus» del Papa Gregorio XIII.

11.- Su predilección por los niños, lo hizo patrono de los educadores.

Felipe es también recordado por su predilección por los niños, ya que el santo en vida reúne a centenares de niños para educarlos y volverlos buenos cristianos. Era común que al tener tantos niños reunidos estos hicieran mucho ruido con sus risas y juegos, pero Felipe decía:

“Lo importante es que no pequen, lo demás no me disgusta.”

Este carisma de Felipe inspiraría también a personajes como San Juan Bosco, ya que Felipe desde la mañana se dedicaba a enseñar catecismo a sus niños que eran usualmente de la calle y lo hacía con singular alegría además de que le gustaba mucho el canto a la hora de trabajar con ellos.

12.- La Virgen María se le apareció y fue sanado.

Su salud siempre fue frágil. En cierta ocasión, la Santísima Virgen se le apareció y le curó de una dolencia en la vesícula. El suceso así ocurrió: el Santo había casi perdido el conocimiento, cuando súbitamente se incorporó, abrió los brazos y exclamó: «¡Mi hermosa Señora! ¡Mi santa Señora!». El médico que le asistía le tomó por el brazo, pero San Felipe le dijo: «Dejadme abrazar a mi Madre que ha venido a visitarme».

Después, cayó en la cuenta de que había varios testigos y escondió el rostro entre las sábanas, como un niño, pues no le gustaba que le tomasen por Santo.

13.- Falleció en la Solemnidad del Corpus Christi.

El 25 de mayo de 1595, día del Corpus Christi, su médico lo vio tan extraordinariamente contento que le dijo: «Padre, jamás lo había encontrado tan alegre», y él le respondió: «Me alegré cuando me dijeron: vayamos a la casa del Señor».

A la medianoche le dio un ataque y levantando la mano para bendecir a sus sacerdotes que lo rodeaban, expiró dulcemente. Tenía 80 años.

Fue declarado Santo en 1622 y en Roma lo consideraron como a su mejor catequista y director espiritual.

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