jueves, marzo 28, 2024
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¡Feliz cumpleaños a una mujer única: Yalitza Aparicio!

Yalitza Aparicio estudió la licenciatura en educación preescolar, pero no ejerció.

Nuestro personaje del día es una mujer que nació el 11 de diciembre de 1993, se trata Yalitza Aparicio orinaria de Oaxaca, actriz debutante que actuó en la película Roma, del director también mexicano Alfonso Cuarón. Para este multipremiado y críticamente alabado proyecto, Yalitza no contó con una preparación de teatro o actuación; sin embargo, se ha llevado la mayoría de las palmas de parte de los críticos que han admirado su trabajo. Yalitza, orgullosa representante de la comunidad de Tlaxiaco, se encontraba en busca de trabajo cuando su hermana le sugirió ir a un casting donde requerían mujeres que hablaran mixteco. En varias entrevistas, Aparicio ha confesado que pensó que todo el asunto se trataba de alguna red de trata de blancas, pero se soprendió al saber que trabajaría con uno de los más grandes directores de México.

El éxito de Yalitza tras Roma parece no tener fin, pues las actrices más famosas de Hollywood se han acercado a ella durante los distintos festivales a los que ha asistido, para expresarle su admiración por el trabajo que desarrolló en Roma. Entre esas actrices se encuentra Emma Stone, protagonista de La La Land.

A diferencia de varios no actores que han participado en proyectos nacionales y se alejan de los reflectores inmediatamente, Aparicio sí pretende seguir preparándose en la actuación para darle seguimiento a su carrera como actriz. Recientemente, Aparicio se convirtió en la primera mujer indígena en aparecer en la portada de la revista de moda Vogue, a la que ofreció una entrevista en exclusiva. Roma le valió la nominación al Oscar a los premios de la Academia en la categoría de Mejor actriz.

La búsqueda para encontrar a Cleo, llegó a Tlaxiaco, Oaxaca, de donde proviene Aparicio, quien se ha revelado como la inesperada promesa del cine. Cuando la inusual noticia de que una casa productora realizaría un casting en la comunidad de Tlaxiaco, la curiosidad y sorpresa de los habitantes no se hizo esperar. Yalitza Aparicio llevaba hasta entonces una vida que considera normal, estudiando de día y trabajando de noche. Decidió asistir al llamado motivada por su hermana, sin imaginar que su vida daría un vuelco: pronto dejaría atrás su comunidad y su camino como profesora de preescolar para arriesgar todo lo que daba por seguro. Y al mismo tiempo, daba pie al sueño que nunca imaginó. Estaba por encarnar al personaje primordial de la película más personal de Alfonso Cuarón: Roma.

Un casting era algo poco común en esta pequeña ciudad oaxaqueña, lo que despertó suspicacias en Yalitza y su familia, que llegó a pensar que pudiera ser un caso de trata de personas. “En un principio se oponían, cuando pasé a la siguiente etapa en la que tenía que viajar a la ciudad de Oaxaca se asustaron. Buscamos información, pero solo se mencionaba que se trataba de una película que se iba a hacer en México y que buscaban a mujeres de cualquier perfil”, nos cuenta. El miedo se hizo mayor cuando tuvo que trasladarse a la Ciudad de México. Pero en todo ese proceso fue su madre quien estuvo cerca de ella, “venía conmigo a los viajes, al igual que muchas chicas que iban acompañadas por sus maridos o sus papás; mi mamá estuvo conmigo hasta el último momento”.

Lo que ni Yalitza ni su mamá sabían es que el director de Roma se embarcó en una búsqueda exhaustiva para encontrar a quien interpretaría el papel de Cleo, el nombre que toma Liboria Libo Rodríguez en la ficción. La niñera que cuidó y crió a Alfonso Cuarón, y que estuvo presente en momentos críticos de su infancia –como el abandono de su padre-, convirtiéndose en parte esencial de la familia. Revisó minuciosamente un buen número de entrevistas en video para encontrar a Yalitza. «Fue inmediato. Estoy hablando de Libo. La he conocido toda mi vida. Conozco sus cualidades. Conozco su trato. Conozco esa sonrisa. Fue una de esas veces en las que conoces a alguien (a Yalitza) y dices: Por favor, espero que ella diga que sí”, detalló el director a la revista Variety.

Antes de comenzar este proyecto, Yalitza Aparicio se encontraba estudiando a tres horas de Tlaxiaco, en una comunidad llamada Putla, donde realizó la licenciatura en educación preescolar y también donde conoció a Nancy (Adela en la película), otra de las piezas que conforman el engranaje de Roma, y quien se convirtió en un apoyo fundamental para Yalitza durante todo el proceso. Primero como amiga, pero también como maestra. “La conozco desde hace seis años, y después de que hice el casting y quedé seleccionada me preguntaron que si yo tenía alguna amiga que hablara la lengua de mi comunidad, y pensé en ella”.

Ambas encontraron en Roma la ventana para mostrar al mundo una fracción de su cultura y sus raíces. Nancy habla y escribe perfectamente el mixteco de su comunidad, y fue quien ayudó a Yalitza a poner en práctica el uso de esta lengua para el rodaje de la película. “Fue un reto, porque yo no lo hablo, mi papá sí pero no lo aprendimos porque él temía que fuéramos discriminados por no poder hablar bien el español, cosa de la que suelo hacerle burla: Bueno pues a fin de cuentas no hablo bien el español, me hubieras enseñado mixteco”.

Pero aunque hoy lo ve con cierto humor, llevar a cabo el aclamado papel de Cleo implicó otros retos, el principal, vencer su propia timidez, la misma que hace de Yalitza -en pantalla y fuera de ella- una personalidad encantadora y genuina. “Algo curioso que dice mi mamá es que nunca me ha gustado que me tomen fotos y nunca me ha gustado estar hablando frente a la gente. No tengo muchas fotos de chiquita y las que tengo siempre aparezco con cara de susto porque lo primero que hacía era echarme a correr”. Ignorar la cámara frente a ella fue un desafío, pero la forma de trabajar de Alfonso Cuarón, que revelaba el guión justo antes de rodar cada escena, jugó a su favor: debía mostrarse a sí misma y su reacción natural frente a las circunstancias, sin poses, ensayos, ni gestos aprendidos.

“Era tratar de olvidarse de todos los que están detrás de la cámara, y pensar que estabas tú solita y punto. Todo iba surgiendo de acuerdo a cómo lo indicaba el director”. No había una premeditada preparación, no le marcaban una pauta sobre cómo debía llevar a cabo una escena. “Era dejarse llevar. Él me lo decía: tú simplemente vive, vamos a ir descubriendo poco a poco lo que va a pasar’”. Así como ocurre en la vida misma, un regalo que nos da Cuarón como espectadores.

Confiesa que ayudó en un principio no saber quién era Alfonso Cuarón, “desconocía totalmente sobre su carrera y todo lo que hacía, simplemente el hecho de que él me hablara como si fuéramos amigos de hace tiempo y esa confianza que me daba me ayudó a seguir en este proceso”. En algún momento Yalitza le expresó que tenía miedo, que estaba a punto de “echarse para atrás”, pues “siempre no sabía cómo se hacía eso”. Y no tenía que saberlo, la naturalidad que imprimió en su personaje hoy la convierte en la gran promesa de la industria; ya fue galardonada en la categoría Nueva actriz de Hollywood durante los Hollywood Film Awards y nominada en los Premios Gotham como Actriz Revelación.

Cuarón le debe a Yalitza esa genuina calidez que roba el aliento en Roma, pero Yalitza debe a Cleo el aprender a creer en sí misma. “Cleo es una mujer muy fuerte que se enfrenta a muchas dificultades, una de ellas es la diferencia entre las clases sociales, -que está muy marcada en la película-, y también porque es una mujer indígena que deja su comunidad para ayudar en otra casa. Y a pesar de todo siempre está ahí dando lo mejor de ella para esa familia que considera suya también”. Al respecto, el director ha declarado que Libo, como tantas trabajadoras domésticas, van más allá de un trabajo normal y asumen todos estos roles que se supone que deben cubrir los padres”, por ello Roma es un tributo para ellas.

«La generosidad de Alfonso al compartir conmigo a Fermín, de la manera en la que lo hizo, ha sido uno de los actos más valerosos y gratificantes que he vivido», comparte Jorge Antonio Guerrero (en el still), sobre su papel en Roma en exclusiva a Vogue.

“Cleo es un ejemplo de cómo afrontar los problemas, porque al final la vida es vida, con sus altas y sus bajas, y tienes que salir adelante. Durante la grabación descubrí que su vida fue difícil y dolorosa, pero aún así ella enfrenta todo con una sonrisa. Es una persona increíble”. Algo que identifica a Yalitza con Roma es el amor por la familia: “Yo no tengo hijos, tengo un sobrino que es mi adoración y mis hermanos que también son mis adoraciones y sé lo que uno es capaz de hacer por ellos. Algunas partes de la película también me hacían recordar a mi mamá (que trabajó como empleada doméstica) y a mi hermana, y sentía que también era un tributo personal para ellas”, nos comparte.

Está convencida de que a su llegada al público la película tocará los corazones de los mexicanos: “Va a ser muy fuerte. A pesar de que está situada en los años setenta, toca muchos temas que se siguen viendo actualmente: la represión estudiantil que no se ha dejado atrás, el racismo, las diferencias entre las clases sociales. Creo que muchas personas se van a sentir identificadas”. Es así que Roma promete ser de un despertar de los recuerdos, las conciencias y la nostalgia por el México que hemos dejado en el pasado, y el que no.

Mucho se habla de porque la eligió Alfonso Cuarón para ser Cleo en su película Roma y aquí algunas de las caracteristicas de esta joven mujer. Serán sus ojos luminosos o su risa contagiosa, la ligereza de su personalidad o su actitud ante la vida. El hecho es que Yalitza Aparicio cautiva. Tiene un don que no se explica, pero que encanta.Lo hizo con Alfonso Cuarón, su director en ‘Roma’; con Marina de Tavira, su coprotagonista, y con todo un país que ve reflejadas en ella su idiosincracia y belleza.

Tom Hanks, Cate Blanchett y Emma Stone estrecharon su mano y le expresaron profunda admiración. Figura como nominada a Mejor Actriz en los Critics Choice Awards y ya obtuvo el galardón New Hollywood de los Hollywood Film Awards.

El reconocimiento mediático también ha sido unánime: Quién la consideró en noviembre una de las 50 personajes que en 2018 transformaron a México; The New York Times la ubicó en la lista de los Mejores Diez Actores del Año y la revista Time aseguró que había dado la Mejor Actuación del Año.

Esta chica de 26 años, que nunca antes había actuado, dio vida a Cleo, alter ego de Libo, quien en la vida real fuera nana de Cuarón. Y sin saberlo, sacudió a la industria cinematográfica del país. Pero sobre todo, le dio un rostro a México.No soy la mujer del año”, aclara Yalitza en entrevista exclusiva para Quién, “pero estoy muy feliz de que las personas se sientan identificadas, y si me encuentran como una forma de inspiración, con eso yo estoy feliz”.

Ahora la joven originaria de Tlaxiaco, Oaxaca, quien se graduó como maestra normalista, fue nominada como Mejor Actriz para el premio Oscar. Su debut ha sido tan sorpresivo como alabado y ha dado a su vida tintes cinematográficos pues, si su viaje personal más largo había sido a Veracruz, su papel en Roma la llevó hasta los festivales de cine de Venecia, Toronto, Nueva York, Telluride, Santa Bárbara, Londres y Morelia. Su vida ha cambiado, pero Yalitza no pierde su eje ante esta vorágine.El no olvidar de dónde vengo y siempre sentirme orgullosa de mis raíces, me ayuda a seguir siendo quien soy”.

En una casa de cultura de Tlaxiaco apareció una joven de tez morena, cabello oscuro y ojos de profunda mirada. Se presentó como Yalitza Aparicio Martínez. Estaba ahí por recomendación de su hermana Edith, quien quería hacer audición pero no pudo quedarse con el papel por su avanzado embarazo. Yalitza compartió con el equipo de casting que era egresada de la Licenciatura en Educación Preescolar, pero no dijo que su sueño no era, ni había sido, convertirse en actriz.Cuando era niña, yo tenía la idea de salir y viajar. Poco después dije: ‘Quiero ser maestra’. No recuerdo por qué opté por eso, pero fue algo que siempre me llamó la atención. Nunca me pasó por la cabeza que quería ser actriz o hacer una película. Tengo mi título como educadora, pero no ejercí la profesión”.

De las 3 mil mexicanas más que audicionaron en Chiapas, Veracruz, Oaxaca y la Ciudad de México, ninguna sabía que, en caso de quedarse con el papel, ayudaría a Alfonso Cuarón a contar la historia de Liboria Rodríguez, su nana; el proceso de separación de su madre (interpretada por Marina de Tavira) y su padre (encarnado por Fernando Grediaga), y a retratar el convulso y políticamente violento México de los 70.

“Las personas tenían que parecerse a las reales, pero también energéticamente: sentirse como las que Cuarón conocía”, recuerda Luis Rosales, director de casting de Roma.

“Estábamos a dos semanas de iniciar, cuando Alfonso me dijo: ‘Felicidades, tienes a Cleo’. Lloré de felicidad. Me siento muy afortunado de haber conocido a Yalitza”.

El equipo de producción la invitó a una prueba en la ciudad de Oaxaca. La familia completa acudió a este llamado pues, en una comunidad donde la trata de personas es común, los Aparicio tomaron esta precaución. “Ella no tenía idea de quién era yo”, dijo Cuarón a The Hollywood Reporter.

Y me dijo: ‘Mira, yo acabo de terminar la escuela, debo esperar entre seis y ocho meses para saber si conseguí trabajo [si le daban la plaza para la docencia], así que no tengo nada mejor que hacer”.

Marina, por su parte, reconoció algo especial en Yalitza, quien en la sonrisa lleva un dejo de timidez que es opacado por el gozo de quien está viviendo muchas cosas como primera vez, y su mirada no esconde el asombro.

“Ella es un ser especial, un ser de luz, es transparente”, opina Marina. “En la última prueba de casting, nos dejaron juntas mucho tiempo. Empezamos a hablar y en seguida pensé: ‘Esta mujer es increíble, tiene una pureza de alma. No tiene pensamientos que le estorben porque está en el presente. Tampoco está a la expectativa de nada, simplemente va tomando lo que la vida le da cada día”.

Así como un país se ha volcado en admiración hacia Yalitza, ella tiene a su vez su ídolos. Uno es la pedagoga y educadora María Montessori, resultado de sus propios estudios, y otro es precisamente la persona en la que, a lo largo de un año de rodaje, se convirtió, Libo.

“Ella es una es una mujer increíble, con un corazón enorme”, dice Yalitza. “Ahora que conocí su historia, es sorprendente cómo sigue teniendo esa luz y brindando ese amor, a pesar de todo lo que ha pasado”.

Aunque su actuación tuvo menciones en festivales, en su memoria y valores hay cosas más importantes, como su familia, encabezada por su madre, una triqui de nombre Margarita, y su padre, un mixteco llamado Raúl, a quienes pudo mostrarles el filme en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde fue galardonada con El Ojo.

“Mis papás estuvieron conmigo. Mi mamá es una mujer que prácticamente fue madre soltera y siempre estuvo con nosotros.
Que ella viera la película fue algo maravilloso […] Sobre los viajes, ellos están muy felices y sorprendidos. Hay muchas cosas que no entienden, pero me dicen: ‘Tú disfruta, ve y conoce”.

Ha sido en estos viajes donde encuentra sosiego y gozo. Como en una de las escenas de ‘Roma’, en la que Cleo contempla el horizonte y los aromas del campo, así Yalitza abre bien los sentidos.

“Me encanta apreciar el paisaje, la naturaleza. En esos lugares me pierdo totalmente. Amo ir descubriendo la diferencia entre un lugar y otro. Venecia tiene historia y es tan diferente a Londres, que también es maravillosa”.

Estas sensaciones naturales llenan a esta mujer casi tanto como las cartas y muestras de cariño que le han hecho llegar a quienes intenta inspirar.

“Niños que conocí durante mis servicios sociales o en clases me han mandado mensajes, me felicitan y me da emoción saber que ellos quieren seguir luchando por sus sueños. Algunos quieren ser doctores, otros actores, y eso me ponen muy feliz. Me doy cuenta de que me he convertido en una fuente de inspiración para ellos”.

Con su protagónico en Roma, filme nominado a tres Golden Globes, Yalitza vino a enseñar que alguien ajeno al mundo del cine puede ser considerada la actriz del año, que se puede no pertenecer a una élite y brillar en el séptimo arte, que no hay color de piel que importe más que una persona y que los límites pueden ser rotos.

“La película fue una oportunidad de mostrar que puedes alcanzar lo que quieras, que no nos dejemos llevar por los estereotipos, que no aceptemos que se debe tener cierto perfil para aparecer en una revista. Si sigues soñando y luchando por lo que quieres, ahí va a estar”.

Yalizta está segura de sus palabras. De hecho, si estuviera en el aula de una escuela, cosa que no descarta para su futuro, sería la primera lección que le daría a sus chicos.

https://www.youtube.com/watch?v=Hr_VRASa-cc

“Les enseñaría a valorar las cosas, a seguir creciendo los valores que ellos tienen. Los niños, como sabemos, no tienen ninguna malicia; la van aprendiendo con el tiempo. Es una edad maravillosa en las que les pueden servir tantas cosas”.

Si las letras de Yalitza Aparicio quedan grabadas en oro , que sea por esa convicción. “Atesoro todo lo que he vivido… algunas cosas que pude haber sufrido… porque gracias a todas esas experiencias, ahora soy quien soy y no lo cambiaría por nada”, responde Yalitza Aparicio.

Quien, Sensacine y Vogue

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