jueves, marzo 28, 2024
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Miércoles de Ceniza tiempo de reflexión y penitencia

11 datos interesantes del Miércoles de Ceniza.

El Miércoles de Ceniza es el inicio de la Cuaresma, en la que se representa los 40 días de reflexión y penitencia que tuvo Jesús en el desierto. La Iglesia llama a la gente a ayunar y abstenerse de pecar durante este periodo para renovarse y celebrar la Pascua, que es la mayor fiesta de los cristianos.

Así el Miércoles de Ceniza es una tradición litúrgica, en la que se inicia con ayuno y la imposición de la ceniza. Esta fiesta se halla estrechamente unida con la idea de la penitencia, que ya se expresaba entre los hebreos cubriéndose la cabeza de ceniza y vistiéndose de aquel áspero paño llamado cilicio.

Judith, antes de emprender la ardua empresa de liberar Betulia, entró en su oratorio y vestida con el cilicio, cubrió de ceniza su cabeza y postrándose delante de Dios, oró; esta en Judith capítulo 9 versículo 1. El mismo Jesús deplorando la impenitencia de las ciudades de Corozaín y de Betsaida, dice que merecerán el mismo fin que Tiro y Sidón, si no hacen penitencia con ceniza y cilicio, se encuentra en la Biblia en Mateo capítulo 11 versículo 21.

Tanto Tertuliano, San Cipriano, San Ambrosio, San Jerónimo y otros padres y escritores cristianos antiguos aluden frecuentemente a la penitencia in ciñere et cilicio y la Iglesia, cuando en los siglos V y VI organizó la penitencia pública, escogió la ceniza y el saco para señalar el castigo de aquellos que habían cometido pecados graves y notorios. El período de esa penitencia canónica comenzaba precisamente en este día y duraba hasta el Jueves Santo.

En Roma del siglo VII, los penitentes se presentaban a los presbíteros, hacían la confesión de sus culpas y, si era del caso, recibían un vestido de cilicio impregnado de ceniza, quedando excluidos de la iglesia, con la prescripción de retirarse a alguna abadía para cumplir la penitencia impuesta en aquella Cuaresma. En otras partes, los penitentes públicos cumplían su pena privadamente, es decir, en su propia casa.

En relación al primer formulario de bendición de la ceniza data del siglo XII, el rito de imponer la ceniza sobre la cabeza de los penitentes, gesto de gran carga simbólica, se extendió rápidamente por Europa. Las cenizas provienen de la combustión de los ramos de olivo usados el Domingo de Ramos del año anterior, se depositan sobre la cabeza de los varones y a las mujeres se les hacía una cruz sobre la frente.

En la última reforma litúrgica se reorganizó el rito de la imposición de la ceniza con el objetivo de que sea un símbolo más expresivo y pedagógico para los fieles, pasándose a realizar después las lectura bíblicas y de la homilía, las cuales nos ayudan a entender el profundo significado de lo que estamos viviendo. La Palabra de Dios ese día invita a la conversión. Por esto el rito austero de la imposición de ceniza, el cual es acompañado por las palabras “Convertíos y creed en el Evangelio” y de la expresión “Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás”, lo que nos invita a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la fragilidad de la vida en la tierra.

La palabra ceniza proviene del latín cinis, es producto de la combustión de algo por el fuego, esto representa la conciencia de la nada, de la muerte, de la caducidad del ser humano y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. Actualmente los días de ayuno y abstinencia que la Iglesia Católica exige son el Miércoles de Ceniza y Viernes Santo.

Este miércoles 26 de febrero, recordamos algunas cosas esenciales que todo católico debe saber para poder vivir intensamente este tiempo litúrgico.

1.- ¿Qué es el Miércoles de Ceniza?

Es el primer día de la Cuaresma, es decir, de los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles a la conversión y a prepararse verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.

El Miércoles de Ceniza es una celebración contenida en el Misal Romano. En este se explica que en la Misa, se bendice e impone en la frente de los fieles la ceniza hecha de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.

2.- ¿Cómo nace la tradición de imponer las cenizas?

La tradición de imponer la ceniza se remonta a la Iglesia primitiva. Por aquel entonces las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo.

La Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos casi 400 años D.C. y a partir del siglo XI, la Iglesia en Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo.

3.- ¿Por qué se impone la ceniza?

La ceniza es un símbolo. Su función está descrita en un importante documento de la Iglesia, más precisamente en el artículo 125 del Directorio sobre la piedad popular y la liturgia:

“El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”.

4.-¿Qué simbolizan y qué recuerdan las cenizas?

La palabra ceniza, que proviene del latín «cinis», representa el producto de la combustión de algo por el fuego. Esta adoptó tempranamente un sentido simbólico de muerte, caducidad, pero también de humildad y penitencia.
La ceniza, como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin: «Dios formó al hombre con polvo de la tierra» (Gn 2,7); «hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho» (Gn 3,19).

5.- ¿Dónde se puede conseguir la ceniza?

Para la ceremonia se deben quemar los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas son rociadas con agua bendita y luego aromatizadas con incienso.

6.- ¿Cómo se impone la ceniza?

Este acto tiene lugar en la Misa al término de la homilía y está permitido que los laicos ayuden al sacerdote. Las cenizas son impuestas en la frente, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice las palabras bíblicas: «Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás», o «Conviértete y cree en el Evangelio».

7.- ¿Qué hacer cuando no hay sacerdote?

Cuando no hay sacerdote la imposición de cenizas puede realizarse sin Misa, de forma extraordinaria. Sin embargo, es recomendable que al acto se preceda con una liturgia de la palabra.

Es importante recordar que la bendición de las cenizas, como todo sacramental, solo puede realizarla un sacerdote o diácono.

8.- ¿A quién se puede imponer la ceniza?

Puede recibir este sacramental cualquier persona, inclusive no católica. Como especifica el Catecismo (1670 y siguientes) los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia estos «preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella».

9.- ¿Es obligatoria la imposición de las cenizas?

El Miércoles de Ceniza no es día de precepto y por lo tanto la imposición de ceniza no es obligatoria. No obstante, ese día concurre una gran cantidad de personas a la Santa Misa, algo que siempre es recomendable.

10.- ¿Cuánto tiempo hay que tener la ceniza en la frente?

Cuanto uno desee. No existe un tiempo determinado.

11.- ¿Es obligatorio el ayuno y la abstinencia?

El Miércoles de Ceniza es obligatorio el ayuno y la abstinencia, como en el Viernes Santo, para los mayores de 18 años y menores de 60. Fuera de esos límites es opcional. Ese día los fieles pueden tener una comida “fuerte” una sola vez al día.

La abstinencia de comer carne es obligatoria desde los 14 años. Todos los viernes de Cuaresma también son de abstinencia obligatoria. Los demás viernes del año también, aunque según el país puede sustituirse por otro tipo de mortificación u ofrecimiento como el rezo del rosario.

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