Azul Talavera Hotel comenzó operaciones en el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla con una oferta que conjuga hospitalidad, tradiciones y lujo para sus huéspedes.
El hotel situado en la calle 10 Norte en el Barrio del Alto en Puebla cuenta con 78 habitaciones que gozan de un diseño que habla de la tradición artesanal poblana, con detalles en talavera, piedra y herrería.
El inmueble ya opera como marca mexicana que combina el lujo, tradiciones poblanas, un festín gastronómico con tarifas en habitaciones que oscilan entre los 270 a 800 dólares.
Durante la presentación del concepto Azul Talavera Hotel, Manuel Leal Maldonado, gerente general del inmueble, detalló que la transición a una marca independiente no significó cierres parciales ni recortes de empleo, ya que la plantilla directa representa 200 trabajadores y 500 indirectos.
«Azul Talavera surgió como una marca independiente, como una empresa 100 por ciento mexicana que tiene como objetivo seguir promoviendo nuestra ciudad. Los esfuerzos que anteriormente se habían realizado para la promoción de nuestra marca en el extranjero, siguen en pie y serán redoblados”, comentó.
Señaló, desde el punto de vista gastronómico, que se está apostando por los platillos tradicionales poblanos como el mole poblano o las chalupas, entre otros.
Azul Talavera ofrecerá la experiencia de hacer tu propio mole, como parte de las diferentes estrategias del hotel para el entretenimiento de sus visitantes.
La Capilla del Cirineo y los legendarios Lavaderos de Almoloya rodean a este recinto y sus muros reflejan historias que datan del siglo XVIII. Incluso se le rinde tributo a estos espacios a través del Bar Los Lavaderos que deleita a los visitantes con una amplia selección de cocteles, así como destilados de alta gama, entre los que destacan excelentes tequilas y mezcales.
Por último, el arte es una parte muy importante de Azul Talavera Hotel. Además de reflejarse en su arquitectura, también se plasma sobre sus muros. En todos los espacios comunes y también en las habitaciones se encuentra un total de más de 90 obras que fueron creadas para el hotel de la mano de artistas mexicanos.
Dentro de las piezas de arte que están exhibidas se encuentran algunas de la autoría de Vicente Rojo, Jordi Boldó y Amador Montes, así como una colaboración del cubano Luis Miguel Valdés. Una de las obras más representativas del hotel es un imponente caballo colocado en la entrada, creado por Gustavo Aceves que pertenece a su famosa colección “Lapidarium”.
