La policía antiterrorista mantiene la «mente abierta» ante la motivación del ataque y detiene a un hombre de 40 años.
Una cadena de apuñalamientos en pleno centro de Manchester ha dejado cuatro heridos, según ha confirmado la Policía de Greater Manchester, que ha añadido que un hombre en la cuarentena ha sido detenido y está siendo ya interrogado.
La unidad antiterrorista que ha asumido la investigación de la cadena de apuñalamientos acaecida esta jornada en el centro comercial Arndale, en pleno centro de Manchester (Reino Unido), mantiene la «mente abierta» en lo que se refiere a la motivación de un ataque que ha dejado cinco heridos, tres de ellos hospitalizados por daños por arma blanca.
No obstante, ha confirmado ya que el arresto se ha producido por un delito de terrorismo.
«Fue arrestado inicialmente por un grave asalto y puesto bajo custodia policial», ha dicho a los medios Russ Jackson, responsable de la policía de Manchester. «Ahora, está arrestado bajo sospecha de preparación e instigación de un acto de terrorismo», ha añadido.
El sospechoso, un hombre de unos 40 años de edad, está siendo interrogado en dependencias policiales, donde fue trasladado tras haber sido reducido por las fuerzas de seguridad en el lugar de los hechos, una de las zonas más transitadas de la ciudad inglesa. Por ahora, los motivos están por esclarecer, pero dada «la localización», especialmente popular entre consumidores y paseantes, sobre todo en el arranque del fin de semana, y la «naturaleza del ataque», el dispositivo antiterrorista de la policía del área noroeste del país se ha puesto al frente.
Adicionalmente, el MI5, el servicio de Inteligencia que se encarga de la seguridad doméstica en Reino Unido y que dirige las investigaciones antiterroristas, se encuentra también supervisando la situación, en colaboración con los operativos locales y las unidades especializadas a las que está ofreciendo apoyo.
El área del centro comercial quedó evacuada en cuanto el ataque, que se produjo en torno a las 11.15 de esta mañana (una más en horario peninsular español), quedó bajo control, lo que aumentó el sentido de alarma en la tercera ciudad británica. Numerosos vehículos de emergencia se congregaron en las inmediaciones de la Exchange Square donde se ubica el Arndale Center y la confusión inicial hizo temer por un número de heridos mayor e, incluso, víctimas mortales.
Finalmente, tres personas tuvieron que ser trasladadas al hospital por apuñalamiento, dos mujeres, una de ellas de 19 años, aunque ambas se encuentran estables, y un hombre de mediana edad. El servicio de ambulancias se limitó a informar de que las heridas de uno de los pacientes eran «serias». Una cuarta mujer tuvo que ser atendida en el lugar de los hechos, aunque no por arma blanca y tampoco precisó ser llevada hasta un centro médico.
La rápida intervención de las fuerzas de seguridad se considera clave en la contención de un incidente vinculado a un delito de terrorismo. Grabaciones del momento en que se produjo y varias fotografías confirman que el sospechoso fue finalmente reducido por un agente que empleó un dispositivo ‘taser’, tras un despliegue policial y de emergencias que permitió dejar la situación controlada minutos después de tener conocimiento del ataque.
El propio primer ministro británico, Boris Johnson, dijo estar impactado» y, en un mensaje vía Twitter, expresó que sus «pensamientos están con los heridos y todos los afectados».
No en vano, el episodio ha generado una profunda conmoción en una ciudad que, tan solo en 2017, había sufrido uno de los atentados más graves en territorio británico en los últimos años. Una bomba detonada por un terrorista suicida al finalizar el concierto de la cantante Ariana Grande dejó 23 víctimas mortales, muchas de ellas menores de edad que abandonaban el recinto del Manchester Arena tras haber visto a la artista norteamericana.
Por otro lado, Reino Unido se enfrenta a un problema de delincuencia debido al aumento de ataques con cuchillos en los últimos tiempos. El pasado marzo, el Sistema Nacional de Salud (NHS) británico reveló que el número de menores de 16 años que ha necesitado atención médica por ataque con arma blanca había aumentado un 93% en los últimos seis años.
