La política nacional mexicana es una tragicomedia.
Nomás no salimos de Guatemala para entrar en arenas movedizas.
Un gobierno federal carente de creatividad, visión y rumbo solo puede ser fiel a lo que le dio origen.
Y entonces, dado no sabe cómo caminar hacia adelante, pues retrocede.
Veamos:
Democracia.
El gobierno de la 4T camina hacia la involución democrática queriendo imponer por ejemplo, un gobierno ampliado de dos a cinco años en Baja California y eliminar la autonomía de organismos como el INE y todos los autónomos.
Separación de poderes.
No pudo mantener el avance democrático de un gobierno republicano al que podríamos aspirar.
Intentaron por todos los medios presionar a los poderes Judicial y por supuesto domina el Legislativo.
En lo económico:
No ha habido peor conducción de la macroeconomía en que deberían promoverse la inversión privada, que en este sexenio que se ha declarado enemigo acérrimo de todo lo que huela a dinero privado, porque se quedaron en los gobiernos estatistas obesos e inoperantes.
Respeto al medio ambiente.
También fiel a su obtusa mirado de la realidad, vía Rocío Nahle, se pelea con las potencias petroleras y ahora frena la inversión privada en generación de energía limpia, lo cual costará muy caro al país.
Y termino con su principal promesa: combate a la corrupción.
Nadie puede defender los millonarios contratos del dinosaurio Manuel Bartlett, quien en Puebla supo hábilmente controlar a la derecha conservadora y combatir electoralmente de manera eficaz al PAN, pero que hoy es una vergüenza nacional y para los propios Morenos.
Por eso parece claro que México está en algo tan avanzado como el Paleolítico inferior.
¿O no?
Gracias y nos leemos mañana.
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