jueves, marzo 28, 2024
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Cantar te aporta estos 12 beneficios psicológicos

El canto favorece que nuestro cuerpo y mente experimenten un torrente de emociones positivas.

Cantar es una de las actividades más fáciles y placenteras; solo se necesita una melodía memorable y un lugar en el que podamos hacerlo sin molestar a los demás (algo que no solo ocurre en la ducha).

Pero, además de ser una experiencia agradable, cantar tiene varios beneficios para el funcionamiento de nuestra mente. Veamos cuáles son.


Los beneficios de cantar

Esta actividad posee varias ventajas, y muchas de ellas no tienen que ver directamente con nuestro bienestar psicológico. A continuación nos centraremos de manera en los puntos positivos de cantar que tienen que ver con una mejora del rendimiento de nuestra mente o en el bienestar subjetivo que produce en la persona que lo realiza.

Cantar hace que segreguemos endorfinas

Las endorfinas son hormonas que, cuando son producidas en grandes cantidades por el organismo, producen una sensación de bienestar que puede llegar a transformarse en euforia. Ocurre algo parecido cuando oímos cantar a alguien y la melodía nos gusta, quizás porque nuestro cerebro «ensaya» mentalmente lo que experimentaríamos si cantásemos nosotros mismos esa pieza.

Sirve para descargar tensiones

La liberación de endorfinas y la acción de ejercitar los músculos responsables de participar en la modulación del canto hacen que después de cantar nos sintamos algo más cansados pero satisfechos y relajados, algo que también ocurre con el ejercicio físico en general.

A través del esfuerzo y de las pequeñas improvisaciones que hacemos al modular nuestra voz liberamos tensiones acumuladas durante el día, en parte porque es una tarea que requiere casi toda nuestra atención y la vincula a una actividad placentera.

Mejora la respuesta inmunológica

Este beneficio está relacionado con el anterior, ya que el estrés es uno de los factores que tienen un mayor impacto negativo en el sistema inmunológico. Reduciendo el estrés a través del canto y de otros recursos se logra un mejor estado de salud general, además de una sensación de bienestar.

Ayuda a mejorar la respiración

Después de convertir el canto en un hábito, vamos aprendiendo a buen ritmo nuevas formas de mover los músculos que intervienen en la respiración, especialmente el diafragma. Esto hace que optimicemos el uso de nuestros pulmones y hagamos nuestra una manera de respirar que exprime bien las facultades de nuestro organismo, oxigenándonos mejor. Aunque el tamaño de nuestros pulmones no cambie, lo aprovecharemos mejor.

Va bien para el sistema cardiovascular

Si cantamos durante varios minutos con asiduidad, estaremos realizando un ejercicio ligero pero fácil de realizar, ya que no necesitaremos materiales adicionales para realizarlo. De este modo, a su vez, favoreceremos el buen funcionamiento del sistema cardiovascular.

Ayuda a mejorar la postura

Se puede cantar estando encorvados, pero resulta incómodo y contraintuitivo. Es por eso que la mayoría de las personas se ponen derechas a la hora de cantar, algo que puede transformarse en un hábito a través de estos pequeños rituales y, poco a poco, pasar a ser nuestra postura estándar en cualquier situación.

Tonifica la musculatura del vientre

Cantar no adelgaza, pero sí hace que los abdominales queden algo más tonificados. Esto, además de resultar estético, significa que nuestro tórax se vuelve algo más fuerte y resistente.

Podría prevenir la demencia

Actualmente existen algunos estudios que relacionan el canto con la prevención de la aparición de los síntomas de la demencia que aparece con la edad. El motivo es que es una actividad mediada por varios procesos cognitivos que se ven ejercitados cuando se canta, volviéndose más «elásticos» y adaptables a las circunstancias incluso cuando las redes neuronales empiezan a estar dañadas.

Limpia las vías respiratorias

Cantar hace que el aire pase en distintos niveles de presión por las vías respiratorias, haciendo que queden más «limpias» y no se acumulen bacterias nocivas. Por supuesto, hay que ir con cuidado con no dañar las cuerdas vocales.

Ayuda a conectar con los bebés

Los bebés aprenden el lenguaje a través de la musicalidad y los ritmos que están presentes en las palabras. Es por eso que responden con entusiasmo cuando se canta, y en muchas ocasiones establecen un diálogo con esa música a través de sus movimientos.

Hace algo más fácil memorizar

La musicalidad es un ingrediente que a menudo es utilizado en los trucos mnemotécnicos para hacer que cierta información quede grabada en nuestro cerebro y no se nos olvide. Del mismo modo, tener un repertorio amplio que estemos acostumbrados a cantar es una buena base para ir «memorizando» cosas sobre ese lienzo.

Si hay una parte de una canción que nos recuerda a una persona porque hay una palabra que se parece a su nombre y porque la melodía nos recuerda a su carácter, por ejemplo, ya tenemos una manera de no olvidar nunca quién es.

Ayuda a conectar con los demás

Cantar en grupo es una de las mejores maneras de sentir que se forma parte de una comunidad y romper la barrera del aislamiento. El procesamiento de la música está relacionado con procesos mentales muy relacionados con nuestra memoria emocional, lo cual hace al cantar nos impliquemos mucho en lo que hacemos, y si más personas participan en esto, nos sentiremos en sintonía con ellas.

Este sentimiento de pertenencia al colectivo estuvo presente en las primeros usos de la música por parte de nuestra especie, y en parte a eso se debe que las sesiones de canto se utilicen mucho en grupos de apoyo.

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