Ante momentos de crisis como los que se viven en el país, la tradición del Día de Muertos y la colocación de ofrendas entre las familias aumenta porque existe un acercamiento a las raíces, explicó Eduardo Merlo Juárez, asesor cultural de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep).
El ex jefe del área de Arqueología en el Centro Puebla del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) comentó que, en diferentes escuelas y espacios culturales, querrán colocar ofrendas a artistas como José José o Camilo Sesto, o al historiador y filósofo, Miguel León Portilla, quienes fallecieron este año; sin embargo, la tradición marca que no vendrán a las ofrendas que se coloquen a finales de octubre sino hasta la temporada del año 2020.
“La ofrenda es una comida extraordinaria para los muertos de nuestra familia. Se piensa que alguien cuando muere toma camino para un lugar que está tan lejos como 80 jornadas, es decir, 80 días caminando. De tal manera que, los que se acaban de morir no vienen a la comida porque no han llegado a su lugar de descanso. Lo siento porque le van a poner ofrendas a José José, a Camilo Sesto. Lo siento, no han llegado. No van a venir. No les ha dado tiempo. El año que viene sí vendrán. Le van a poner a León Portilla, mi querido maestro, pero él mismo sabe que tiene que echarse su caminada de 80 días, descansar y el año que entra venir a que lo agasajemos”, apuntó.
Durante su conferencia “Tradiciones del Día de Muertos”, Merlo Juárez destacó que las ofrendas en México forman parte de una tradición prehispánica y, se le incluyeron elementos de la religión católica.
“Es una comida. Algunos ingeniosos dicen que debe tener siete niveles o tres porque uno es el cielo, otro el purgatorio y otro el infierno. Son cosas inventadas. Los que están en purgatorio ya quieren salir, los que están en el cielo no pueden dejar de ver a Dios; y los que están en el infierno querrán salir, pero no los dejan. Entonces, no puede haber niveles en el altar”, resaltó.
Comentó que se están cumpliendo 500 años de la llegada de los españoles, quienes intentaron borrar la tradición del Día de Muertos; sin embargo, no pudieron y hoy está viva y se arraiga en momentos complicados.
“Estamos cumpliendo 500 años de que intentaron borrar la tradición y está viva. Ahora, con el tiempo se ha ido enriqueciendo y es válido. En un tiempo vino a menos en las ciudades. En el campo nunca. Los campesinos son celosos de cumplir con la tradición”, apuntó.